Descendimiento es sinónimo de silencio

La Primitiva Hermandad del Descendimiento ha puesto el punto y final a la tarde del Jueves Santo con su habitual solemnidad. La hermandad del Descendimiento ha protagonizado uno de los momentos más místicos y especiales de la Semana Mayor ceutí.

photo_camera La Cofradía del Descendimiento ha aportado, un año más, el timbre de humildad que la distingue. Este paso de silencio, la procesión más madrugadora del Viernes Santo, impone un carácter solemne al cortejo que, un año más, ha vuelto a estremecer a la multitud que se ha congregado a lo largo de su itinerario, que le ha llevado desde el Oratorio de la Santa Cruz hasta la carrera oficial en la Gran Vía.

Es uno de los momentos de mayor recogimiento de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo: el instante en que algunos de sus acólitos recogen de la Cruz el cuerpo sin vida de Jesús de Nazaret. Por ese carácter, imaginamos que íntimo y casi clandestino que debió ser la escena real, la evocación del Descendimiento es una de las más lúgubres de cualquier Semana Santa.

En Ceuta, Descendimiento es sinónimo de silencio. De respeto. De madrugada, en esas primaveras recién estrenadas en las que la noche suele regalar a Ceuta algunos instantes de gran belleza. Y más, en una calle angosta como es el Pasaje del Silencio.
Una calle que conserva los últimos vestigios de esos patios de vecinos que constituyeron durante décadas el centro de Ceuta. Y en la que desde hace casi veinte años, la hermandad del Sagrado Descendimiento tiene su sede canónica. Un pequeño y coqueto oratorio desde el que sale uno de los conjuntos escultóricos que más pesan de la Semana Mayor ceutí.

Oratorio del Descendimiento, Pasaje del Silencio. La hermandad en la calle y la madrugada ceutí ofreciendo momentos especiales para el recogimiento y la pura contemplación. El Descendimiento está en la calle. Reina el silencio.