PEQUEÑOS HURTOS A DIARIO

Para los empresarios de Cañonero Dato, "a la Policía Portuaria ni se la ve, ni se la espera"

Los comercios de Cañonero dicen estar hartos de los pequeños hurtos que sufren prácticamente a diario, "desde hace años". Robos que obligan a las empresas a invertir más dinero en seguridad privada o en sistemas de vigilancia mientras denuncian que a la Policía Portuaria, única competente en la zona, no se la ve nunca y "cuando les llaman tardan horas en acudir".

Puerto Cañonero Dato
photo_camera Puerto Cañonero Dato

El día a día de los empresarios de la Avenida Juan de Borbón (antiguo Cañonero Dato) se traduce en pequeños hurtos. No es un caso aislado. Prácticamente todos los días las tiendas del puerto tienen problemas con los ladrones. Muchos de los comercios han optado por contratar seguridad privada “para evitar estos pequeños robos que a final de año suponen una cuantía importante”, explican los empleados de un supermercado de la zona donde los artículos preferidos por los amigos de la ajeno son chocolatinas, galletas, vino o whisky. En cambio hay quien prefiere tener un empleado más antes que un vigilante. “Somos los propios empleados quienes estamos pendientes de quién entra y de la pinta pero muchas veces es inevitable que te roben, como pasó hace unos días con unas flores que teníamos a la entrada de la tienda”, explica el gerente de una tienda de decoración, quien asegura que los ladrones son menores que vienen mandados por adultos. “Así que poco podemos hacer al ser menores de edad”.

El perfil del ladrón cambia dependiendo del objeto de deseo. En otro establecimiento del puerto, especializado en electrodomésticos y electrónica, los amigos de lo ajeno incluso se acicalan para perpetrar sus robos, en su mayoría de tablets. “Están organizados y para no levantar sospechas suelen venir con corbata o chaqueta. Mientras uno entretiene a un empleado, otro aprovecha para robar o para irse al baño con el producto y así poder quitar las alarmas y esconderlo entre sus ropas. Saben perfectamente lo que roban y sobre todo su valor, así si les pillamos, no pasa  nada”, explica el encargado, Juan Vergara. En esta tienda se ha tenido que reforzar la seguridad privada y se han colocado 25 cámaras de vigilancia “pero es difícil controlar mil metros cuadrados”.

 

Gasolineras, otro objeto de deseo

Las gasolineras de esta avenida tampoco se salvan. A ellos, a diferencia de las tiendas, les roban de noche y de día. Durante el día suelen robar comida y bebidas alcohólicas y por la noche han llegado a sustraer elementos externos de la estación como extintores o las mangueras de los aspiradores. “El problema es que últimamente cuando les pillas robando se encaran y te plantan cara y algún día va a haber problemas”, ha contado a Ceuta Actualidad el jefe de una de las estaciones de servicio. Al parecer una de ellas tiene el techo destrozado porque los inmigrantes lo usan para intentar saltar la valla del perímetro portuario.

Dicen sentirse desprotegidos porque, y en esto coinciden todos, no se ve a la Policía Portuaria. “Les llaman y o no vienen o tardan horas en acudir”, explica Vergara, quien afirma que en más de una ocasión “llamamos a la Portuaria porque había un coche bloqueando un vado y tardaron 2 horas en llegar. Para cuando lo hicieron el coche ya no estaba”. Esta es una queja común en toda la zona portuaria: la nula presencia policial.

Algo en lo que también coinciden todos los empresarios de la zona es en que denunciar no sirve para nada. "Pierdes más tiempo denunciando que el dinero robado. Y más cuando nosotros salimos por una puerta y ellos por otra”.

 

Nadie pasea por la zona

Los empresarios de esta avenida consideran una lástima que se invierta en la zona, se invierta en la ciudad, se abra los domingos y atraviesen por esta situación. "Por aquí no pasea nadie, la gente viene con el coche, aparca, compra y se va", asegura un comerciante. La presencia de inmigrantes en la calle tampoco ayuda, aunque, al parecer, se ha notado un menor presencia de inmigrantes en los dos últimos días. Donde se vive una situación totalmente distinta es en la Estación Marítima, allí los robos son inexistentes, tal vez tenga algo que ver los dos policías de la Portuaria que había en la estación cuando se realizó este reportaje.

Pero no sólo los establecimientos de la avenida son objetos de estos hurtos, los coches tampoco se libran, a pesar de la presencia de los subsaharianos en las zonas de aparcamientos que hacen las veces de aparcacoches y vigilantes. “Saben que en determinadas zonas hay inhibidores y que los coches no se cierran correctamente así que aprovechan para robar todo lo que pueden dentro del vehículo”. Otros simplemente utilizan los coches estacionados para pernoctar rompiendo las ventanillas.

Los establecimientos de la Avenida Juan de Borbón son conscientes de que la solución al problema de los hurtos es complicada “pero ayudaría una mayor presencia policial porque algunos de los inmigrantes con los que tenemos problemas portan objetos punzantes”.