Lo que se sabe del ‘Caso Guerrero’

Guerrero negó el pasado 30 de septiembre que Ingesa le hubiera abierto expediente alguno, el 10 de mayo recibió una instrucción de la Gerencia para que no hiciera regalos de "cualquier índole" a los menores de la Ciudad a los que pasaba consulta. Cuando todos contaban ya con su médico asignado

 Javer Guerrero./archivo
photo_camera Javer Guerrero./archivo

El ex consejero de Sanidad del Gobierno de la Ciudad, actual líder de Ceuta Avanza, Javier Guerrero, fue enviado a prisión provisional sin fianza y comunicada por un presunto delito de abuso sexual sobre menores el pasado viernes por la noche. Dos días y medio después casi no se sabe nada nuevo sobre los hechos que se investigan y que han dado con el facultativo en la cárcel. Proliferan en las redes las teorías conspirativas que ha venido defendiendo el propio Guerrero y se exacerba su presunción de inocencia, mientras se culpa de su situación al Gobierno de la Ciudad, al PSOE, a los agentes de la Guardia Civil, a la Fiscalía, al Juez y hasta a los medios de comunicación. Todo sin que ni una sola voz se haya alzado para preocuparse por los menores supuestamente abusados.

El extremado celo, tal y como mandan los cánones, que está teniendo el Juzgado de Instrucción y Primera Instancia Número 3 de Ceuta, para evitar que la información sobre la investigación que ha durado, al menos, 10 meses está sirviendo de coartada a quienes quieren dudar de todo menos de Guerrero.

Lo que se sabe hasta ahora, además de que Guerrero está en la cárcel, es más bien poco. Pero sí hay algunos datos.

Lo primero lo reconoció el propio responsable político actual del Área de Menores por parte del Gobierno de la Ciudad, Alberto Gaitán, el pasado viernes: La denuncia a Fiscalía de Guerrero se habría producido entre marzo y abril y vendría como consecuencia de observar que el doctor se saltaba los “protocolos” y después de ser reconvenido a cumplirlos siguió sin cumplirlos.

Orden de Ingesa

De esos genéricos "protocolos" que se saltaba Guerrero, según la versión de Gaitán, sí hay una pista en un escrito de Ingesa. La Gerencia de Atención Sanitaria abrió un expediente informativo a Guerrero tras recibir una reclamación por el director de la Unidad de Acogida Temporal de Emergencias de la Esperanza y la contestó al propio centro dándole traslado y una instrucción clara y concisa al propio Guerrero el día 10 de mayo de 2022:

“Se le informa que, en lo sucesivo, debe abstenerse de proporcionar obsequios de cualquier naturaleza a menores de edad que se encuentren a cargo de la Ciudad Autónoma de Ceuta sin la previa y expresa autorización por parte de Fundación SAMU”.

Es frecuente que los agresores se sirvan no sólo de la cercanía, sino de la amistad o de la admiración que les profesa un niño o niña o adolescente para conseguir su objetivo de abuso impune

Esos regalos, según se ha recogido en diversas informaciones atribuyéndole a Guerrero el reconocimiento, serían ropa, incluidos calzoncillos. Aunque otras apuntan a objetos de mayor valor. Entre las críticas a la actuación judicial que proliferan estos días en la opinión pública hay una comparación reiterada: don Alberto el profesor de los Agustinos, condenado ya por sus tratos con el alumnado del centro, está en la calle, Guerrero sin juicio aún en prisión. Ahí va otra comparación, don Alberto también regalaba slips a su alumnado.

En este procedimiento informativo que le abrió Ingesa en mayo y que Guerrero negó -“es mentira, mentira”- al ser preguntado por él de forma pública el pasado 30 de septiembre, se recoge otra situación que da una pista del incumplimiento de protocolos:

“Todo es una mentira, el pueblo de Ceuta debe saber la verdad, yo estoy aquí para demostrarla y saldré algún día para decirlo”, dijo Guerrero el pasado 30 de septiembre

“En relación al primer punto de su escrito”, le traslada Ingesa a la Dirección de la Esperanza, “se le señala que según ha sido informado por el mencionado facultativo, dicho proceder se realizó con motivo de la exploración médica, a voluntad y a petición del menor, estando el acompañante del menor en todo momento en la habitación y encontrándose el baño con la puerta abierta”.

De lo que se deduce que las alarmas en menores saltaron por encontrarse Guerrero con los menores a solas sin otro adulto que supervisara la actuación del médico, pero no en los centros de la Ciudad.

Perfiles de abusadores

Justamente eso es lo que en diversos manuales de actuación para prevenir el abuso sexual de los servicios de Menores de todo el país se señala al hablar de indicios o factores de riesgo por parte de los hipotéticos abusadores. En una de esas guías elaboradas por una trabajadora social y un psicólogo de los servicios sociales de Castilla y La Mancha se señala al hablar del agresor:

“Precisamente que sea un adulto cercano, en quien confía el niño o niña o adolescente, investido de autoridad profesional o moral quien abuse sexualmente, suele tener consecuencias mucho más graves que el mismo abuso cometido por un desconocido. Es frecuente que los agresores se sirvan no sólo de la cercanía, sino de la amistad o de la admiración que les profesa un niño o niña o adolescente para conseguir su objetivo de abuso impune”.

En otro trabajo del mismo tipo elaborado también por trabajadoras sociales de Málaga se traza un somero perfil del abusador: “Si bien puede que no tenga el aspecto de un delincuente, lo es. Puede ser una persona respetada y admirada por la familia, comunidad, escuela, etc. Generalmente es alguien familiar, del entorno cercano o del entorno educativo que tiene una diferencia significativa de poder, ya que el niño o niña nunca es libre para otorgar consentimiento. Él o ella usan la coerción para someter y doblegar (fuerza, engaño, chantaje, manipulación)”, entre otros aspectos.

Pero además de esto en los últimos días la explicación ofrecida por el propio Gaitán pondría en contradicción uno de los argumentos ofrecidos por Guerrero aquel mismo 30 de septiembre. Guerrero comienza a tener contacto con los menores tutelados por la Ciudad a raíz de la invasión migratoria de mayo de 2021. En aquel momento, tal y como reconoció Gaitán, la situación desbordaba la capacidad de la propia administración y se aceptaron muchas ayudas externas, entre ellas, las de Guerrero. Después, siempre según la explicación de Gaitán, a los niños se les dio de alta y ya contaban con su médico asignado. Con el paso de los meses. En otoño de 2021 la tensión en los recursos de acogida había vuelto a niveles manejables, tanto así que el propio presidente de la Ciudad, Juan Vivas, aseguró que la situación con los menores ya era otra bien distinta. Incluso en algunas informaciones los medios se preguntaron como sin supuestas “deportaciones”, como se señala en el proceso judicial que se sigue contra Mabel Deu y la ex delegada, Salvadora Mateos, se había rebajado tanto la cifra de menores acogidos. En cambio, Guerrero seguía teniendo contacto con los menores.

Contradicciones

El último día del septiembre pasado, más de un año después de que la situación se normalizara, a las puertas de la Comisaría, Guerrero aseguró que fue él quien declinó seguir prestando sus servicios médicos por discrepancias con el Área de Menores. Como poco, en abril ese área consultó a Ingesa por posibles comportamientos anómalos con los menores, más de 6 meses después de que la situación se normalizara.

Guerrero el pasado 30 de septiembre: "El que tiene algo contra mí que denuncie. Aquí está la Policía, allí está el Juzgado, y que verdaderamente me denuncie”

Pero el propio Guerrero en esa comparecencia del 30 de septiembre aseguró haber recibido “dos menores hace poco”.

Y otra contradicción aparente de ese mismo día. Guerrero convocó a los medios para anunciar un giro en el guión. Supuestamente interponía una denuncia patrocinada por él ante la Policía con el testimonio de “trabajadores de estos centros” que iban a asegurar “que este caso (el suyo) es una absoluta corruptela y coacción. Estos trabajadores han declarado ofertas de ascenso hacia ellos y desplazamientos a la península” para los menores que denunciaran “algunos actos”. Lo cierto es que este medio ha podido corroborar en las últimas horas que ninguno de los que interpusieron denuncia eran en realidad trabajadores de menores, sino de oenegés de las que tuvieron colaboración con el área a raíz de la avalancha o de empresas externas que prestaban servicios de apoyo a los centros.

Aún así, Guerrero se refirió en todo momento a ellos como trabajadores de los centros de menores. Tanto así que una de las prebendas que esgrimió para los propios “trabajadores” eran ascensos.

Esa denuncia se archivó “por falta de pruebas” en un primer momento, pero aún se mantiene abierta la investigación tras el recurso presentado por el propio Guerrero.

Menores afectados

Otra de las cuestiones que ha trascendido desde este pasado viernes es que en la instrucción habrían declarado varios menores. Y aquí una novedad, algunos lo hicieron de forma telemática, dado que cuando se habrían producido los hechos que se investigan, estarían bajo la tutela de la Ciudad, pero a día de hoy se encuentran en centros de acogida de la península. Pero no sólo. Según ha podido confirmar esta redacción, en el caso habría implicados como víctimas también algunos menores aún tutelados por la propia Ciudad Autónoma.

Esto es clave, dado que el propio Gobierno esgrimió tanto el jueves como el viernes que tenía que estudiar si se personaba o no en la causa y ni tan siquiera está claro que pudiera hacerlo sin tener ya la tutela efectiva de alguna de las supuestas víctimas del doctor.

Otras cuestiones

Otra de las cuestiones que ha trascendido en las últimas horas es la que publica el diario El Faro que asegura que en la valoración del juez para enviarle a prisión provisional sin fianza habría pesado que según la Guardia Civil durante el registro en el Hospital Universitario el propio Guerrero habría tratado de destruir pruebas.

Y luego está la componente política. Precisamente es ahí dónde Guerrero ha jugado sus cartas para defenderse desde hace meses: atribuyendo a su paso al frente para liderar un proyecto político de cara a las próximas elecciones de mayo todo el asunto y teñirlo de tintes conspirativos contra él. “Clientelismo, matonismo y sobornos (…) chantajes (…) mentiras, mentiras y más mentiras (…) tienen miedo”, dijo aquel 30 de septiembre. Su tesis es la de una enorme conspiración en la que estarían implicados desde el Gobierno, con la directora general del Área de Menores, Antonia Palomo, como ariete, al PSOE, y a juzgar por la huida hacia adelante de sus seguidores, en la misma estarían ya incluidos también la propia Guardia Civil, la Fiscalía y se desconoce si acabará incluyendo al juez. Los que aún lo defienden públicamente exacerban su presunción de inocencia al tiempo que no dudan en usar la presunción de culpabilidad para todos esos actores. En definitiva, dudan de todo el sistema de justicia y democrático.

La componente política

Pero para los amantes de las conspiraciones ahí va un dato incontrovertible, Javier Guerrero presentó su partido, Ceuta Avanza, el pasado 3 de junio de 2022. Ingesa ya le había advertido de que no hiciera regalos y le había preguntado por situaciones concretas vividas en la consulta. Él ya sabía que le investigaban. Tras la presentación de su partido, la siguiente vez que Guerrero convocó a los medios fue en vísperas de la Feria, el 29 de julio, entonces ya centró su intervención en esgrimir una especie de conspiración contra él, acusó entonces al Gobierno de la Ciudad de usar el “chantaje, la coacción y la extorsión” para hundirle.

A Ceuta Avanza apenas sí se le conocen en este medio año de vida propuestas, planteamientos o posicionamientos políticos más allá de las diatribas conspiracionistas lanzadas por su líder, hoy en prisión.

¿Es el partido un instrumento creado por Guerrero para tratar de ayudar a su defensa ante el caso de supuestos abusos? El diario El Pueblo ha publicado menos de 24 horas después de la entrada en prisión de Guerrero una carta remitida y firmada por el propio Guerrero a su militancia, el puñado de fieles que aún le guardan fe a su inocencia (enmudecidos desde el miércoles de forma pública). En esa misiva, Guerrero ordena a los suyos no realizar ningún tipo de declaración y apuntala la orden con una justificación: “Entiendo que lo que en este momento debe primar en mi situación procesal”.

Imaginemos que la Guardia Civil entrara mañana en casa de un líder regional del PP o del PSOE bajo una orden judicial para detenerlo y registrarla. Que unas 60 horas después un juez lo enviara a prisión provisional sin fianza por un supuesto abuso sexual sobre menores. En esa situación ¿Se imagina alguien a toda una sucursal regional de cualquiera de esos dos partidos guardando silencio para preservar el momento procesal del líder?

“Todo es una mentira, el pueblo de Ceuta debe saber la verdad, yo estoy aquí para demostrarla y saldré algún día para decirlo”, dijo Guerrero el pasado 30 de septiembre. Ahora es él quien parece más interesado en guardar silencio y evitar que ni la verdad ni la mentira vean la luz.

Y cabe recordar que todo esto arrancó con una denuncia en redes sociales de una madre de uno de los menores acogidos en el otoño de 2021. Ante la denuncia, Guerrero acudió raudo también a denunciar por atentar contra su honor ante la Policía. En aquel entonces, no muy distinto de lo que sucede hoy, las redes sociales se volcaron en apoyar al médico. Pero quizás en el Área de Menores arquearon las cejas. Entonces la Fundación SAMU emitió un comunicado de defensa a ultranza del doctor. Aunque apenas un año después, en las denuncias ante la policía ya se tiraba también contra “un miembro de la directiva de SAMU”.

Dos perlas más de la boca de Guerrero en su comparecencia del pasado 30 de septiembre. Señalado de forma pública por estar involucrado en un supuesto caso de comportamientos impropios hacia los menores, en su desmentido, además de repetir muchas veces que todo es totalmente mentira se le olvidó señalar a esos comportamientos de forma expresa, para justificar que todo era mentira tiró de que en una de las informaciones se señalaba que su padre era militar, “mi padre no es militar”. Algo así como ¿Usted hijo de Fulano mató a alguien? Es todo mentira, yo no soy hijo de Fulano.

Y una frase más de Guerrero de aquel 30 de septiembre: “El que tiene algo contra mí que denuncie. Aquí está la Policía, allí está el Juzgado, y que verdaderamente me denuncie”. La denuncia ya estaba puesta, la investigación en marcha en el juzgado y llevada por la Guardia Civil.

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