Una deuda de 800 euros en bocadillos y el hotel de las intrigas

El tribunal ha abierto procedimiento contra un testigo por si su declaración pudiera ser constitutiva de delito. Enfrentado a una conversación telefónica, el hombre ha argumentado que la deuda de la que se hablaba en ella era por el pago de bocadillos

caso emvicesa

La sesión matinal de este jueves en el juicio que se sigue por el Caso Emvicesa ha deparado alguna salida de tono, declaraciones presuntamente reveladoras y una decisión drástica del tribunal.

El primero de los episodios vividos esta mañana arrancaba con la declaración confusa y titubeante del tercer testigo convocado en la Audiencia Provincial. A petición del fiscal y de la acusación particular, el tribunal ha abierto procedimiento para determinar si el testigo, M.A.A., ha incurrido en un delito de falso testimonio.

M.A.A. ha sido enfrentado a la reproducción de la conversación telefónica que mantuvo con el conocido como «Frugui», uno de los acusados de ejercer como mediador en la trama de adjudicación de viviendas que se investiga. En ella, el testigo mantiene una agitada charla con «Frugui», quien se queja de haber sido agredido por la espalda por un conocido de ambos. M.A.A. intenta justificarlo y le solicita que no le «deje tirado».

El testigo, en un discurso confuso ante las preguntas del fiscal y la acusación particular, ha mantenido que la agresión estuvo relacionada con una presunta deuda de 800 euros «en bocadillos» que la víctima mantenía con la hamburguesería en la que él trabajaba.

«Perdí a un hijo mío en accidente de tráfico y no me acuerdo de nada – ha intentado explicarse el testigo- Estoy “schockado”». La justificación no le ha evitado, sin embargo, que el tribunal haya resuelto deducir testimonio por si su actitud pudiera ser constitutiva de delito.

El relato de otra testigo, esposa e hija de dos acusados por cohecho en el procedimiento, ha mantenido también expectantes a abogados y público. La mujer ha detallado la cita que mantuvo en Marbella con el exgerente de la sociedad municipal Emvicesa y principal acusado en el proceso, Antonio López, para recuperar el dinero que su marido, en el nombre de la madre de ella, había entregado a Mohamed «El portuario», también acusado en la causa por ejercer presuntamente como intermediario en la trama.

La testigo ha reconocido que su marido hizo llegar al mediador 12.000 euros, de los que, finalmente, y según su testimonio, López en persona devolvió solo 2.000. La mujer, al borde de las lágrimas, ha ofrecido detalles sobre la situación de precariedad que durante años ha soportado su madre.

A partir de ese instante, la mujer, extrabajadora del hotel Puerta de África, de gestión municipal, ha hilvanado un relato con el establecimiento hotelero como presunto centro de actividades irregulares. La testigo ha acusado a la dirección del Puerta de África de despedirla tras conocerse que había prestado declaración contra Antonio López y ha señalado a personas con cargos públicos, a las que ha acusado de favorecer la adjudicación a familiares de viviendas en la promoción de las 117.

La madre de la testigo ha sido una de las acusadas por delito de cohecho que ha prestado declaración en esta sesión matinal. La acusada ha descrito el modo en el que hizo entrega del dinero al presunto miembro de la red  Mohamed «El portuario. Su relato ha coincidido con el que ya anteriormente aportaron a la Sala otros acusados: abonó al intermediario dinero en concepto de pago de la casa, que en su caso ascendió a los 12.000 euros, y no recibió ningún justificante.

Durante la mañana también han declarado una segunda acusada de cohecho y la perito que realizó el inventario de las propiedades intervenidas por la policía a Antonio López.

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