La asociación profesional Justicia para la Guardia Civil (JUCIL) ha emitido un recordatorio de que, diez años después de que cientos de inmigrantes subsaharianos intentaran acceder a territorio español a nado, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en particular los guardias civiles, aún carecen de un protocolo claro para manejar intentos masivos de migrantes sin permiso de entrar en territorio español.
El 6 de febrero de 2014, una jornada que terminó con la trágica muerte de 15 personas, ha quedado grabada en la memoria de todos. Guillermo Lorenzo, secretario de JUCIL en Ceuta, afirma: “JUCIL busca abordar la ausencia de protocolos claros y específicos para los guardias civiles en contextos de migración masiva, con el fin de prevenir futuras tragedias y garantizar la seguridad y los derechos de todas las partes involucradas”.
Incertidumbre constante
Los sucesos en el Tarajal, donde los 16 guardias civiles de servicio ese día se vieron completamente superados por los acontecimientos, destacaron la compleja controversia que enfrentan los guardias civiles al manejar situaciones migratorias complejas y masivas. “La falta de protocolos específicos y la incertidumbre jurídica sobre cómo abordar estas situaciones contribuyen a un escenario problemático con soluciones inadecuadas tanto para la atención y cuidado personal de los migrantes como para la tranquilidad de los propios agentes sobre su intervención”.
Es importante recordar que este caso, que ha sido archivado en los tribunales en varias ocasiones, sigue siendo motivo de controversia judicial. Incluso ahora, diez años después, el Tribunal Constitucional aún tiene pendiente una decisión final sobre posibles responsabilidades penales.
El objetivo siempre es cumplir con la ley
JUCIL subraya la importancia crítica de desarrollar protocolos de actuación claros y específicos que establezcan sin duda cómo los guardias civiles deben llevar a cabo su tarea. “No tenemos ninguna duda de que estos protocolos deben ser el resultado de una cuidadosa consideración del respeto a los derechos humanos, la seguridad de los migrantes y los procedimientos adecuados para mantener el orden en las fronteras”, afirma Vilariño.
“Si los tristes acontecimientos del Tarajal, o los que se han registrado recientemente, deben servir de algo, es para evitar que se repitan en el futuro. Para ello, consideramos conveniente una formación adecuada, medios suficientes para el control de grandes masas de personas y, por supuesto, protocolos específicos. Todo esto es esencial para que los guardias civiles estén bien equipados, tanto física como normativamente, para manejar estas situaciones complejas y siempre respetar los derechos fundamentales de las personas involucradas”, agrega el secretario general de JUCIL.
