En medio de la tormenta, Ceuta Ya! ha reaccionado a la polémica contratación del grupo musical que lidera el hermano de la consejera de Cultura, Pilar Orozco, por una cantidad muy superior a la que se ha estado pagando hasta la fecha a los grupos locales. Lo ha hecho con ánimo constructivo, para proponer la creación de un órgano especializado que se encargue de profesionalizar, por así decirlo, la programación cultural de la ciudad. Pero aunque en un comunicado remitido este sábado ahonda en las duras críticas que está recibiendo el Ejecutivo por este asunto, da por bueno uno de los argumentos de defensa del Ejecutivo en esta polémica.
La formación a pesar de todo no tiembla a la hora de considerar que el área de Cultura está aquejada de transparencia al considerar “fundamental” que haya más. “La Consejería de Cultura no puede ser percibida como el área de los enchufes y el pago de favores”, en palabras de su líder, Mohamed Mustafa.
Así, asume como buenas las explicaciones ofrecidas por el Gobierno al reproducirlas. En su comunicado habla de “abultada cifra” para referirse a la contratación, pero apunta “si bien se supo posteriormente que el contrato había sido gestionado por su antecesor, Carlos Rontomé”. Reproduce la defensa planteada por el Gobierno, sin entrar en detalles como que el contrato se firmó a finales de julio, tiempo ya después de que Rontomé dejara sus responsabilidades en el área.
Aunque eso sí, la formación localista cree que fuera Rontomé o el actual área de Cultura la responsable de la contratación, “sigue sin quedar justificada la diferencia entre lo que se ha decidido pagar a este grupo y lo que se ha abonado, por actuaciones similares, a otras bandas locales”.
Y toda esta polémica, la aprovecha la formación localista para exigir “un cambio drástico en la manera en que se gestiona la cultura en nuestra ciudad”. Esto es para no quedarse en la pura crítica a lo sucedido e ir un poco más allá, aportando una propuesta que, al menos, pudiera servir para sacar algo bueno de la crisis.
Así, los de Mohamed Mustafa y Julia Ferreras creen que es “urgente” cambiar las cosas hacía “un nuevo sistema de gestión cultural”. ¿Cómo? Creando “un órgano especializado para la programación”, conformado “como ya ocurre en otros muchos territorios, por personas de acreditada solvencia y dilatada experiencia en dicho ámbito, que sea plural y diverso y en el que queden claro los criterios de contratación en base a unos objetivos culturales concretos”.
Objetivos culturales concretos que su líder, Mohamed Mustafa, cree que “no existen y todo es difuso y arbitrario en el área de Cultura. Hace falta que sepamos qué es lo que queremos potenciar, del mismo modo que hay que pensar en todos y todas las ceutíes y no sólo en los gustos y las inquietudes culturales de una parte”.
Mustafa apunta que “en otras regiones de España, sus programaciones culturales pueden ser consultadas con meses de antelación, algo que aquí no sucede debido a la improvisación y la poca seriedad con la que se trata la cultura”.
