La variación anual de muertes en Ceuta ya se ha incrementado un 18,5%

Y los fallecidos por el impacto del covid en la mortalidad, ¿en qué recuento aparecen?

Hasta finales de octubre murieron en Ceuta 78 personas más que en el mismo periodo del año pasado ¿Cuántos de ellos fallecieron por causa directa o indirecta de la pandemia?
Cementerio de Santa Catalina (CEDIDA)
photo_camera Cementerio de Santa Catalina (CEDIDA)

Las cifras hablan por sí solas. Hasta la penúltima semana de octubre, cuando los muertos por covid iban por 14, la mortandad general en Ceuta había experimentado ya un incremento del 18,5%. En cifras absolutas, fallecían 78 personas más que en 2019. ¿No creen que este notable incremento está relacionado, en algunos o en bastantes casos, con el impacto de la enfermedad sobre la tasa de mortandad en la ciudad ¿Alguien puede negarlo? Esta lista no existe. 

El INE revela así que ha muerto mucha más gente en el año de la pandemia que en un año normal. En una ciudad como Ceuta el incremento, que a final de año podría ser del 20%, no es un dato que deba pasar desapercibido. 

Se puede morir por infinitas causas, pero la interpretación adecuada de las estadísticas del organismo oficial es que tienen que haber otras circunstancias aparte de una PCR positiva o negativa que justifiquen el porqué de tantas muertes. 

La puesta en marcha de un plan de contingencia por el covid, la falta de personal sanitario en los centros, la saturación de la actividad en el hospital, la suspensión de consultas a personas mayores o no poder acudir como antes, con patologías o síntomas, a su cita habitual para examen o revisión, ¿Esto no mata?. Todo es más dramático de lo que se dice y cómo se dice. Posiblemente interese no alarmar, pero las otras enfermedades continúan existiendo y la frialdad de las estadísticas no engaña a nadie.

El paciente no covid está sufriendo y quizá muriendo por culpa de la pandemia. Este es el impacto del virus sobre las personas que no lo han padecido. 

¿Y si se llegara al colapso sanitario?. Parece que los responsables de las Administraciones y los Gobiernos prefieren afrontar con su orden político este miedo y sufrimiento que a buen seguro tortura a diario a muchos ciudadanos mientras que las voces de las organizaciones sindicales no son escuchadas.