Neumonías, desmayos y temperaturas extremas, a la orden del día en el colegio Juan Carlos I

La comunidad educativa viene reclamando desde hace años soluciones para paliar las consecuencias de una obsolescencia del centro escolar

photo_camera Rafael Zaragosí, director del CEIP Juan Carlos I./CEDIDA

Centro de Educación Infantil y Primaria Juan Carlos I. Temperatura media, nueve grados centígrados. Niños, cuerpo docente, conserjes, personal de limpieza… Todos ellos han de estar protegidos con abrigos, gorros, bufandas y guantes para desarrollar una jornada escolar. En verano, se asan de calor. En invierno se hielan, literalmente. Anteayer se desmayaba una profesora por hipotermia. Otra, aterida, se partía los dientes al caer. Se producen casos de neumonía, resfriados e incluso contracturas por la posición del cuerpo al sufrir las gélidas temperaturas.

Así llevan años. En torno a 600 personas, algo más de 560 de ellos menores de edad, han de soportar unas circunstancias extremas en cuanto a la temperatura y que, obviamente, como dice el director Rafael Zaragosí Mariscal, repercute en el rendimiento escolar, tanto en la tarea de los pequeños como en la de los profesores.

Si se trata de paliar el frío mediante estufas o calentadores, se corre el riesgo de que salte la instalación eléctrica, no sólo ya que se quedan sin internet para poder trabajar. Una pizarra electrónica que se venga abajo en el caso de que se cargue de más la red eléctrica cuesta en torno a 1.000 euros.

“El centro es antiguo, obsoleto”, afirma el director. Desde hace tiempo la Asociación de Padres que preside Mustafa Mohamed, lleva batallando con la Consejería competente de la Ciudad Autónoma, con el Ministerio y con todos aquellos que pudieran estar implicados.

“Esto está ocurriendo desde hace años”, afirma. Se están dando casos similares en otros centros educativos.

Este año han conseguido que desde el Ministerio, a través de la sección de riesgos laborales, se hayan emprendido obras en el tercer piso, para conseguir un aislamiento. Llovía a mares porque el techo se calaba, así que fue la primera actuación que se ha emprendido. Se espera que se sigan haciendo trabajos de revestimiento y aislamiento de forma paulatina.

Mientras tanto, en la planta cero, donde se encuentran los más pequeños, los niños tiritan.

Hay un Real Decreto, el 486/1997, que en su parte expositiva se remite a la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales es la norma legal por la que se determina el cuerpo básico de garantías y responsabilidades preciso para establecer un adecuado nivel de protección de la salud de los trabajadores frente a los riesgos derivados de las condiciones de trabajo, en el marco de una política coherente, coordinada y eficaz.

Las temperaturas de los centros, en base a dicho cuerpo legal, deberían oscilar entre 17 y 27 grados, para garantizar el bienestar de las personas, máxime en un centro docente.

Aislar paredes, revestimientos... “Ni pensar en una bomba de calor”, como apunta el director, por falta de presupuesto de las administraciones competentes.