La recta final: 120 horas

Marruecos y la campaña

La simplificación de la Política Internacional en el uso del Reino de Marruecos en la campaña. El giro de Israel y el reconocimiento del Sáhara

 

Pedro Sánchez durante el encuentro con el rey de Marruecos en abril de 2022 (Moncloa)
photo_camera Pedro Sánchez durante el encuentro con el rey de Marruecos en abril de 2022 (Moncloa)

Estimada lector/a, sabe usted que en este diario, y en mi persona, respetamos su inteligencia y su tiempo, por lo que este no es un acto propagandístico y antes de continuar debe despojarse de todas las emociones que le produzca la palabra Marruecos si quiere comprender el mensaje que intento trasladar. Si se escapa a su posibilidad, no se preocupe, la mente racional es un componente del ser humano hermoso, siempre puede contactarme en otro momento o dedicarle un rato a cualquier acto bondadoso, como sacar a su mascota o darle un abrazo a una persona necesitada, como mi primo Gonzalo, a quien la copia del artículo anterior le elevó el ánimo.

En un giro sorprendente de los eventos, Israel ha reconocido la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Esta decisión, que rompe con décadas de política exterior israelí, parece ser un intento de fortalecer una alianza estratégica con Marruecos. Sin embargo, esta decisión ha provocado críticas tanto a nivel nacional como internacional, y ha añadido una nueva capa de complejidad a la ya enmarañada situación en el Sáhara Occidental.

Por desgracia, esta noticia no es casual sino causal, es decir, si a priori nos nublamos por el dolor o el amor al término de Marruecos nuestra primera reacción puede llevarnos a pensar que es un acto agresivo hacia España en mitad de una campaña. Sin embargo, mi visión es distinta y lo considero un acto defensivo pero para ello debe dar un salto de fe y esperar al final del artículo.

En primer lugar, hay que entender qué es Marruecos. Marruecos es un Estado con derechos y deberes en el ámbito internacional. ¿Qué significa eso? Significa que no es un Estado fallido, que defiende y está obligado a jugar en el escenario de las Relaciones Internacionales con el resto de actores mundiales. ¿Significa que soy promarroquí? No, porque yo puedo preguntarle a usted ¿qué es ser promarroquí? Nada. Una nada dolorosa para la sociedad ceutí, porque significa que hay una duda sobre la soberanía de España en quien la expresa. ¿Alguna vez se ha sentido usted proespañol, o es usted español a secas? Pues eso, si lo enfrentamos a sensu contrario, es ridículo. Es pura propaganda y antes de que venga su cuñado diciéndole que Marruecos no es una democracia, dígale que ya lo sabemos, que se vaya a jugar al pádel y nos deje terminar este artículo.

Marruecos, como ETA o el franquismo, son recuerdos que nos producen dolor o afecto y, dependiendo del contexto regional, los partidos adaptan su mensaje en lo que yo considero una irresponsabilidad social para provocar el voto emocional. Quien le hable así no está respetando su intelecto, sino llamando a sus instintos de protección.

Mi perspectiva en este aspecto es la siguiente: Marruecos es un factor inevitable de la política ceutí como lo es ETA, por suerte con toda la distancia al dolor del pueblo. En el caso de Marruecos, es innegable que, usado de tal manera, fractura la sociedad ceutí en una escenificación continua de la batalla de "Moros y Cristianos" para llegar a través del afecto lo que desde la mente sería inaceptable. Sí, la realidad es que los gobernantes del Reino de Marruecos usan la misma táctica con su pueblo y para influir en el escenario internacional, pero piense, ¿no están haciéndole la misma trampa a su cuñado los adalides de la españolidad? Lo único que le sugiero es que no caiga en la trampa de la simplificación. La realidad es muy compleja y analizar los factores lleva tiempo y todos queremos ir a la playa o comer un buen couscous. Mi perspectiva en este aspecto es la siguiente: Marruecos es un factor inevitable de la política ceutí como lo es ETA, por suerte con toda la distancia al dolor del pueblo vasco, en Euskadi o la independencia en Cataluña. A favor o en contra.

Este escenario nos lleva a un término de la Ciencia Política conocido como "Realpolitik". La Realpolitik es una teoría que propone que la política debe ser guiada por consideraciones prácticas y pragmáticas, en lugar de principios ideológicos o morales. En este caso, Marruecos e Israel están ejerciendo la Realpolitik al tomar decisiones basadas en sus intereses estratégicos, en lugar de adherirse a principios ideológicos o morales.

Llegados a este punto, se merece usted mi análisis del movimiento de Marruecos. No, no creo que sea un movimiento agresivo. Más bien todo lo contrario, un gesto defensivo. Marruecos nunca revelaría una decisión de Israel sin el consentimiento de Israel. Marruecos, que tiene un buen servicio de inteligencia, habrá leído las mismas encuestas que leímos ayer y ante la incertidumbre sobre el peso de VOX en las próximas elecciones, que tiene una posición hostil, quiere asegurar el giro de la política española ante un cambio de gobierno.

En conclusión, la política internacional es un juego complejo y multifacético. Las decisiones tomadas por los actores en este escenario a menudo tienen implicaciones de largo alcance y pueden ser influenciadas por una variedad de factores, desde consideraciones estratégicas hasta cálculos políticos internos. En este caso, la decisión de Israel de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental es un recordatorio de que la política internacional rara vez es tan sencilla como parece a primera vista y, por favor, nunca un recurso para el antisemitismo.