Cuatro meses después de su apertura, ¿una frontera al gusto de todos?

La apertura de la frontera se recibió con los brazos abiertos, unas esperanzas que poco a poco están desapareciendo. 

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photo_camera Lado español de la frontera (ARCHIVO)

Hace justo cuatro meses se cumplía el sueño que muchos llevaban esperando durante más de dos años, la frontera entre Ceuta y Marruecos volvía a abrir sus puertas.

Días antes de que esto se produjera, el ministro del Interior desvelaba el secreto mejor guardado: la fecha de la apertura de la frontera. Sería el 17 de mayo y se realizaría de una manera gradual, ordenada y con todas la garantías de seguridad y sanitarias. 

Los primeros en acceder a territorio español fueron los ciudadanos y residentes en la Unión Europea y aquellas personas autorizadas a circular en el espacio Schengen.

Dos semanas después pudieron hacerlo los trabajadores transfronterizos legalmente reconocidos.

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Largas colas para cruzar a Marruecos los primeros días de apertura de la frontera

A día de hoy nada ha cambiado, las condiciones para acceder a Ceuta siguen siendo las mismas y así continuará, al menos, hasta el 15 de noviembre. Así lo ha dado a conocer esta semana el ministerio del Interior.

De esta manera, por la frontera están pasando a diario menos de la mitad de lo que lo hacían en 2019. Hace tres años Ceuta recibía todos los días a unas 10.000 personas. Sin embargo hay que esperar unas semanas para que estos datos se ajusten más a la realidad ya que a día de hoy aún cruzan la frontera muchos turistas pertenecientes a la Operación Paso del estrecho que ha finalizado oficialmente el 15 de septiembre. 

Las administraciones defienden el modelo de "esta nueva frontera" ya que los controles han aumentado y se han reducido los delitos. En definitiva tenemos una frontera más segura que hace un par de años.

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Controles a pie de frontera

Sin embargo este cambio, que beneficia en parte a Ceuta, al mismo tiempo la perjudica ya que estos controles están afectando de manera muy negativa al comercio local que ha visto disminuir sus ventas desde el cierre de la frontera. Ahora los turistas marroquíes pueden acceder a la ciudad con visado pero la mayoría de las compras que realizan se la quitan cuando vuelven a Marruecos en el paso fronterizo.

Esto ha provocado que esas personas que antes se dejaban tanto dinero en Ceuta ya no lo hagan y vengan a la ciudad a disfrutar de un día de ocio pero sin realizar compras.

Los comerciantes llevan meses pidiendo una solución a este grave problema. La apertura de la frontera se recibió con los brazos abiertos, unas esperanzas que poco a poco están desapareciendo.