Vivas quiere una frontera “controlada”, con excepcionalidad Schengen o “con otras opciones”

El presidente evita pronunciarse sobre el Tratado de Buena Vecindad con Marruecos por el que apuesta el Gobierno, y subroga la decisión final a la unidad con Madrid y Melilla

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photo_camera El presidente aboga por una frontera "eficaz" que "controle" el flujo de personas que entran en la ciudad. (C.A/ARCHIVO)

De abogar por la supresión de Schengen como “una oportunidad” a poder contemplar “otras opciones”. Así ha cambiado posicionamiento del presidente Vivas en medio año. Cuando el secretario de Estado para la Unión Europea, Juan González Barba, abrió esa puerta el pasado junio, el jefe del ejecutivo local encontró el respaldo necesitaba sobre una cuestión que hacía tiempo abanderaba.

Sin embargo, la postura de Madrid ha adoptado un giro de 180 grados, y la eliminación de esa excepcionalidad ya no parece tan viable. Motivos, varios. “Reacciones de Marruecos” que alteren las relaciones bilaterales, reconocían hace unos días desde Delegación del Gobierno, a un complicado apoyo por parte de los miembros del Tratado, o un posible incremento de la presión migratoria sobre el vallado, como recoge el documento sobre el nuevo modelo de frontera que elabora una comisión interministerial.

Con este escenario, Vivas se ha replegado y, aunque afirma que la supresión actual “puede ser una medida eficaz”, no juega todo al negro, y plantea otras posibles opciones para conseguir el fin primordial. “Una frontera eficaz y adecuada” para controlar las personas que entran en Ceuta”, insistía el presidente este lunes.

Sin embargo, Vivas evitaba precisar cuáles son esas posibles opciones, mientras que la apuesta más fuerte en el seno del Gobierno central se centra en un Tratado de Buena Vecindad con Marruecos, que ha tenido el absoluto rechazo del presidente de la Ciudad, que no se ha escondido en manifestar su postura. “Es imposible, sería un espejismo, el árbol que no nos dejaría ver el bosque”, expresaba durante una sesión plenaria hace apenas dos años.

Sin embargo, ahora lo esencial para el titular de la administración local es la unidad respecto a este asunto. “Tenemos que ir de la mano con Madrid y Melilla”. Con ello, Vivas relega la decisión final a lo consensuado y conveniente para las tres partes.

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