propuestas extravagantes sobre qué debería hacerse en la valla

Algunas estrafalarias ideas para defender la valla de Ceuta

La crisis migratoria ha abierto un debate público al que algunos se han sumado para aportar propuestas dignas de incluirse en una historia universal de la extravagancia. 

Concertinas en la frontera de Ceuta (C.A.)
photo_camera Concertinas en la frontera de Ceuta (C.A.)

La historia universal de la extravagancia recoge incursiones en los más diversos campos del saber, las costumbres y los impulsos humanos. Comoquiera que, según las leyes no escritas que rigen el equilibrio del mundo, cada cosa ha de tener su contrario, es obligatorio concluir que frente a todos los cervantes, newtons, mozarts, rimbauds y einsteins ha de existir, perentoriamente, una pléyade de mastuerzos y botarates que, gracias a su intervención compensatoria, evitan que el globo terráqueo se salga de su eje.

Esta cáfila de impresentables se ha sentido impelida, desde que el mundo es mundo, a darse a la reflexión para, inmediatamente, poner en ejecución la majadería más notable que hayan podido alumbrar sus magros entendimientos. En épocas recientes, algunos de estos ejemplares han resuelto poner su escasa perspicacia al servicio de la comunidad para dar solución a uno de los problemas que acucian a la Europa contemporánea: la regulación de los flujos migratorios. Y más concretamente, en la convicción de que hacían una aportación inestimable a la empresa civilizadora, a la vieja España y a la pequeña Ceuta, empeñaron sus esfuerzos en proporcionar una solución definitiva para la protección de la ciudad frente a la llegada de miles de subsaharianos deseosos, ellos también, de darles de comer a las voraces palomas de la Plaza de los Reyes.

 

Cortar por lo sano

En esta tesitura debía de andar Hugh Fitzgerald, uno de los redactores de la publicación digital estadounidense “Frontpage Mag”. La web, editada por el empresario conservador David Horowitz, mantiene, por decirlo con una elegancia que no merecería el caso, una línea de opinión escasamente afectuosa con la población musulmana.

front pageFitzgerald anduvo inspirado el día en el que concluyó que para defender la valla de Ceuta y Melilla nada resultaría más efectivo que renunciar a Ceuta y Melilla. “Este dolor de cabeza puede curarse (…) No ayudemos a que la población musulmana de España y la Unión Europea crezca. Abandonen Ceuta, abandonen Melilla”, escribe el insigne estratega político de la “Frontpage Mag”. Fitzgerald se permite, además de sugerir la entrega de las dos ciudades autónomas a Marruecos, una referencia histórica para disuadir a los indecisos. “Kutuzov derrotó a la Grande Armée de Napoleón sin luchar, tan sólo con una retirada estratégica. La Historia enseña que, algunas veces, menos es más”, concluye el autor de esta incalificable pieza de pensamiento geopolítico.

 

¿Cuánta arena tiene el Sáhara?

“¿Cuál diría usted que es la extensión del desierto del Sáhara?”. El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, desveló esta semana que algo así vino a preguntarle al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, durante un encuentro reciente entre ambos.

trump sáharaSegún el relato de Borrell, la pregunta resultaba pertinente. Y es que Trump, en un nuevo alarde de estadista providencial, ofreció al ministro español una idea para acabar con la llegada de los migrantes procedentes de África. El proyecto del presidente estadounidense era tan ambicioso como inabarcable: “Necesitas construir un muro alrededor del Sáhara”.

Confundido, Borrell le hizo ver la desmesura del proyecto. “El Sáhara no puede ser más grande que nuestra frontera con Méjico”, replicó Trump, empeñado en no renunciar a su epifanía.

La cadena estadounidense CNN dedicó parte de uno de sus informativos a ilustrar al presidente, mapa mediante, sobre las dimensiones del desierto cálido más grande del mundo.

 

La esencia patria

Pero no sólo la patria de Lincoln, Franklin y Luther King ha alumbrado eminencias como aquéllas de las que hasta aquí se ha venido dando cuenta. El esencialismo español hace tiempo que está seguro de haber dado con el tuétano mismo del fundamento de la patria hispana, una suerte de emplasto donde se hermanan las memorias del Cid, el brazo incorrupto de Santa Teresa y el repertorio de canción ligera de José Manuel Soto.

Entre estos elegidos figura el secretario general de la formación de ultraderecha Vox, Javier Ortega Smith, quien, en sus referencias a las vallas de Ceuta y Melilla, hace gala a un tiempo de sus dotes de geoestratega y de sus conocimientos en ingeniería de obras públicas. “Necesitamos que se construya un muro lo suficientemente alto para que la frontera no pueda ser saltada”, ha exhortado reiteradamente. Una propuesta compartida con otras formaciones como Democracia Nacional, ejemplo cabal de moderación y filantropía.

Ortega Smith, además, precisa las características que debería tener ese muro. Y para ello no duda en recurrir a un lenguaje especializado, fuera del alcance de los no instruidos en las técnicas y procedimientos constructivos: “Debería medir al menos 10 o 12 metros para poder servir de algo y tendría que ser resbaladizo”.