COOPERACIÓN

El Arzobispado de Tánger, sobre las oficinas de asilo en Ceuta y Melilla: "Es como si no existieran"

Las nuevas instalaciones no suponen cambio alguno para los inmigrantes subsaharianos, según cooperantes y misioneros, ante la imposibilidad de que éstos puedan acceder a las instalaciones.

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photo_camera El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, durante la inauguración de la oficina de asilo de Ceuta/A.S.

Las nuevas oficinas de asilo en las inmediaciones fronterizas españolas de Ceuta y Melilla “no cambian nada” para los inmigrantes de origen subsahariano que se encuentran en las inmediaciones de las dos ciudades, esperando dar “el salto a la valla”.

Fueron inauguradas por el Ministerio del Interior el 16 de marzo pero cooperantes y misioneros que trabajan con el colectivo de inmigrantes señalan que “hay personas que siguen jugándose la integridad física para intentar alcanzar suelo español saltando la valla o echándose al mar”.

Desde la Asociacón Marroquí para la Integración de Inmigrantes se recuerda que, por otra parte, la Ley de Extranjería marroquí apunta que salir de Marruecos sin la documentación necesaria es un delito castigado penalmente. “Un inmigrante sin documentación no puede llegar al puesto español; es más, la policía marroquí no sólo le va a pedir documentación, sino también el visado o el  permiso de residencia en un país europeo y el pasaporte”, según Ahmed Khalifa, de dicha asociación.

Cifran en unos 150 los inmigrantes que se encuentran actualmente en las inmediaciones de Ceuta, ocultos en el bosque, y que muchos de ellos podrían pedir asilo, al proceder de Costa de Marfil o Mali.  La única forma que tendrían de acceder a la oficina de asilo en Ceuta sería “falsificar la documentación o burlar los puestos y correr”.

El delegado de Migraciones del Arzobispado de Tánger en Nador, Esteban Velázquez, indica en torno a las oficinas de asilo que “hasta ahora es como si no existieran”.

“Los sirios son prácticamente los únicos que las han utilizado y el cómo va a llegar un africano es un gran problema”, explica Velázquez. Indica que le consta que “hay organizaciones pensando maneras de conseguirlo”, pero cree que las autoridades deberían renovar el acuerdo España-Marruecos a la luz de las nuevas circunstancias. 

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