EL CUERPO LLEVABA VARIOS DÍAS EN EL MAR

El cadáver hallado en San Amaro portaba una tarjeta que lo identifica como un residente del CETI

La aparición del cuerpo del joven ha abierto una brecha entre las comunidades subsahariana y argelina que se hacía evidente en los enfrentamientos que se registraron en las instalaciones del CETI pocas horas después de conocerse el hallazgo del cadáver.

Agentes de la Guardia Civil custodian el cadáver en la playa (C.A.)
photo_camera Agentes de la Guardia Civil custodian el cadáver en la playa (C.A.)

El cadáver aparecido el pasado sábado en la playa de San Amaro portaba una tarjeta que identifica a su poseedor como residente en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), según ha confirmado hoy la Delegación del Gobierno. El cadáver apareció en torno a las tres de la tarde en avanzado estado de descomposición en las cercanías del Vivero Municipal. La coincidencia en las fechas con la aparición en la costa gaditana de los cuerpos sin vida de varios de los ocupantes de una patera naufragada junto a Barbate hizo pensar que el fallecido podría ser uno de los miembros de esa expedición. Pronto, sin embargo, la Guardia Civil consideró como hipótesis más probable la de que el cadáver perteneciera a un residente en el CETI.

Según ha explicado la delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, el cadáver no presenta señales que inviten a pensar en una agresión.

Las autoridades confían en que las conclusiones de los investigadores permitan aquietar los ánimos en el centro de acogida. La aparición del cuerpo del joven ha abierto una brecha entre las comunidades subsahariana y argelina que se hacía evidente en los enfrentamientos que se registraron en las instalaciones pocas horas después de conocerse el hallazgo del cadáver. El joven fallecido, de cuya suerte los subsaharianos responsabilizaban a los argelinos, había desaparecido del centro de acogida.

La posibilidad de acelerar la salida de los residentes argelinos aliviaría la presión a la que hoy está sometida la convivencia en el CETI pero no parece una opción clara para las autoridades. Los responsables de la Delegación juzgan que una decisión de este tipo podría animar la entrada en Ceuta de nuevos contingentes de argelinos. Además, la salida de los magrebíes podría ser entendida como un agravio por los subsaharianos que aguardan su turno para viajar a la Península.