La presencia policial al otro lado de la frontera era más evidente este miércoles que en las 48 horas anteriores

España cifra en 4.800 las devoluciones inmediatas

La playa de El Tarajal amanecía hoy con menos tensiones que durante la jornada de este martes. La situación, sin embargo, continúa muy lejos de la normalidad en la ciudad.

Un militar, en la playa de El Tarajal (C.A.)
photo_camera Un militar, en la playa de El Tarajal (C.A.)

4.800 devoluciones inmediatas. Este el balance que esta misma mañana compartía con la oposición el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la sesión plenaria celebrada en el Congreso de los Diputados.

Aunque el número de personas que efectivamente hayan podido entrar en Ceuta de manera irregular desde el lunes continúa siendo incierto –el último dato oficial se refería a 8.000, la situación en la ciudad continúa muy lejos de ser normal. El Gobierno español se está defendiendo recurriendo a las controvertidas devoluciones en caliente, un expediente que, al nivel del carácter extraordinario de los sucesos que vive Ceuta, se está explotando como nunca antes se ha hecho en la frontera hispano-marroquí.

La Delegación del Gobierno de Ceuta emitía una brevísima nota de Whatsapp esta mañana para asegurar que no se habían registrado nuevas entradas a la ciudad. Sin embargo, el corresponsal de la Cadena Ser, Nicolás Castellano, reportaba en el programa “Hoy por hoy” la llegada de hasta cinco pateras a El Tarajal, cuyos ocupantes fueron concentrados en la playa.

Lo cierto es que, pese a que la presencia policial al otro lado de la frontera era hoy más evidente que en las últimas 48 horas.

 

Horas de acoso

Tras someter a Ceuta a un acoso de 36 angustiosas horas, Rabat volvía a retomar un cierto control sobre su frontera durante la tarde de ayer martes. Las fuerzas antidisturbios comenzaban a desplegarse en los alrededores de Castillejos para disuadir a las miles de personas que se aproximaban a la frontera con el propósito de entrar en la ciudad autónoma.

La peregrinación de miles de marroquíes a pie camino de Ceuta mantenía en vilo a la población española, engrosada por la llegada incontrolada de al menos 8.000 migrantes en las horas previas. Marruecos parecía haber dado por buenas las 36 horas de presión ejercida sobre la frontera española y, tras dejar claro a través de varios portavoces oficiales que la crisis ha sido provocada, resolvía hacer acto de presencia en su frontera. La imagen de los agentes marroquíes abriendo las puertas de la valla para franquear el acceso al lado español a centenares de jóvenes era todavía, sin embargo, reciente.

Ahora, España deberá conseguir un acuerdo con Marruecos para devolver con la mayor celeridad posible a los miles de migrantes que todavía se encuentran en Ceuta. El principal problema radica en cómo gestionar la presencia de miles de menores marroquíes que permanecen en la ciudad.