La prensa marroquí ha alertado de los colapsos que la devolución de migrantes desde España puede ocasionar a los enclaves del norte del país, particularmente a las ciudades de Tánger y Castillejos. La decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de reactivar el acuerdo hispano-marroquí suscrito en 1992 para el control de la entrada irregular de migrantes ha despertado suspicacias en el país vecino.
La devolución el pasado jueves de los 116 subsaharianos que el día anterior habían logrado entrar en Ceuta franqueando la valla fronteriza ha cosechado un amplio eco en los medios de comunicación marroquíes. Ante la perspectiva de que puedan sucederse nuevas expulsiones, la prensa advierte de la inquietud que ya reina en la vecina Castillejos. Además, y tal como apunta, por ejemplo, el digital “Tanja24”, existe preocupación por las consecuencias que una continuación de la política de devoluciones puede ejercer sobre Tánger a causa de la concentración de un número de migrantes que aumente la ya considerable población extranjera asentada en la ciudad.
El acuerdo de 1992 se había utilizado ocasionalmente y no sin polémicas en el transcurso del último cuarto de siglo. La decisión del Gobierno español de aplicarlo para avalar la devolución del jueves ha sido aplaudido por las formaciones conservadoras españolas y contestados por las asociaciones humanitarias, que dudan de que el procedimiento haya garantizado los derechos de los extranjeros retornados forzosamente a Marruecos.
