La reapertura de la frontera mantiene a raya la ocupación del CETI

Las instalaciones están al 70% de ocupación con 350 residentes, una cifra muy similar a la registrada hace un año cuando la frontera estaba cerrada.

Migrantes concentrados hoy en el CETI (CEDIDA)
photo_camera Migrantes a las puertas del CETI (ARCHIVO)

La reapertura de la frontera el pasado mes de mayo no ha alterado la ocupación del CETI que sigue por debajo de su ocupación máxima fijada en algo más de 500 migrantes.

A día de hoy, las instalaciones del Jaral acogen a 350 residentes, una cifra muy similar a la registrada hace un año, antes de que se abriera la frontera.

La mayoría de los migrantes que viven en el Centro de Estancia Temporal son subsaharianos de Guinea, Sudán o Costa de Marfil (250), medio centenar vienen de Yemen y unos 20 proceden de Siria. Las nacionalidades de los residentes sí han ido cambiando con los años, antes era muy común ver sobre todo a argelinos que ya casi no hay.

Atrás quedaron esos tiempos en los que el CETI estaba saturado con más de mil migrantes. Momentos en los que el Ejército tenía que montar campamentos anexos a las instalaciones para poder acoger a tantas personas.

Esta situación se dio por última vez en verano de 2018 cuando en menos de un mes se produjeron dos saltos masivos y violentos a la valla. El primero en julio en el que consiguieron entrar 600 migrantes y el segundo en agosto con el que accedieron 200.

Desde entonces la ocupación del CETI ha ido a menos máxime desde que concluyeron las obras de modernización y refuerzo de la seguridad en la valla fronteriza, claves para minimizar la entrada de migrantes a Ceuta.

Unos trabajos que finalizaron a finales de 2020 y que consistieron en  sustituir las concertinas y las sirgas tridimensionales en todo el perímetro por otros elementos más seguros y menos lesivos. Así como elevar la valla hasta los diez metros en aquellos puntos más conflictivos, como en la zona de Finca Berrocal,  para dificultar el paso de personas.

Desde el año 2006 solo se habían hecho reformas concretas para reparar daños producidos por la climatología o por las entradas, a veces masivas, de personas. Esta actuación se convertía en la primera de entidad estructural y modernización tecnológica que se llevaba a cabo en los últimos 13 años.

La crisis migratoria de mayo de 2021, en la que accedieron a Ceuta más de 12.000 personas en pocas horas de manera ilegal, no alteró la ocupación del CETI ya que los marroquíes fueron alojados en otras instalaciones. La reapertura de la frontera parece que sigue sin alterar la vida en el Centro.

Según datos del Ministerio del interior, durante 2022 han accedido a Ceuta 1.228 migrantes, la mayoría por tierra (1.114), y algo más de un centenar por mar. Los recién llegados son llevados al CETI si son mayores de edad. Las instalaciones no se colapsan porque cada cierto tiempo grupos de residentes son trasladados a la Península. La última salida, un grupo de 58 migrantes, se ha producido hace unos días.

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