“Lo tendríamos todo. La regularización va a solucionar todos nuestros problemas”, señalaba Rachida Jraifi, portavoz del colectivo de transfronterizos que un lunes más han cumplido religiosamente con sus movilizaciones. “Con las que seguiremos hasta que nos den la solución que pedimos”. Una ley flexible que les contemple como un ciudadano más que trabaja y paga sus impuestos.
Es, precisamente, el desenredo de ese escollo legal el que cesaría todas las movilizaciones y protestas que encauzan desde el pasado septiembre. “Lo solucionaría todo, tendríamos los mismos derechos que cualquier ciudadano de este país”.
Asimismo, esa fuerte reivindicación inicial dirigida a que se les abriese la frontera se ha desvanecido, de la misma forma que ha cogido fuerza la necesidad de ser reconocidos legalmente. “Cuando abra la frontera queremos estar regularizados”, expresaba Jraifi.
De momento, todas las esperanzas las depositan en CCOO que ha conformado un grupo de trabajo y elabora un documento con "todas sus demandas e incumplimientos legales que se están cometiendo con ellos”, y que remitirá al Ministerio de Trabajo.
