El hotel de los líos

El Gobierno de la Ciudad vuelve a administrar una inyección económica al hotel Puerta de África, la enésima de los últimos años, pese a los malos resultados de explotación que ha venido arrojando el establecimiento.

Hotel Puerta de África (C.A./ARCHIVO)
photo_camera Hotel Puerta de África (C.A./ARCHIVO)

hotel puerta de áfricaLa propiedad pública de un hotel no es una rara avis en el sector. Sin ir más lejos, Paradores, con  97 establecimientos hoteleros en toda España, es desde 1928 una referencia de empresa pública que compatibiliza la actividad hostelera con la misión de promocionar la imagen del país y proteger su patrimonio histórico y cultural. El problema comienza cuando la gestión del negocio se convierte en un quebradero de cabeza para la institución que lo regenta y para las cuentas públicas. Y este parece ser el caso del hotel Puerta de África.

Las deficitarias cuentas del hotel son un lastre que el Gobierno municipal viene arrastrando desde hace años. Como un ritual recurrente, la gestión de la sociedad municipal encargada de la explotación del establecimiento se convierte de tiempo en tiempo en centro de la controversia política. En esta ocasión, el debate se ha suscitado por la solicitud a la Ciudad de un préstamo de 300.000 euros para cubrir el desfase de tesorería y completar el ejercicio cumpliendo sus obligaciones societarias.

No es la primera vez que la Ciudad tiene que acudir en auxilio de una empresa que parece incapaz de generar beneficios. El consejo de administración de la sociedad –integrado por representantes de los grupos políticos con representación en la Asamblea- aprobaba el pasado febrero una ampliación de capital de 700.000 euros. Hacía apenas nueve meses que los consejeros de PP y Vox habían avalado una inyección económica a la sociedad de un millón de euros. Antes, los auxilios de las arcas públicas al maltrecho estado de las finanzas del negocio ya habían sido frecuentes.

El Gobierno de la Ciudad insiste en avalar el último préstamo de 300.000 euros como herramienta para que el hotel pueda afrontar los estragos que en sus cuentas han tenido episodios como el cierre de la frontera con Marruecos o las restricciones en el sector forzadas por la epidemia de coronavirus. Pero los males del Puerta de África vienen de antiguo.

Ya el informe de gestión del ejercicio 2019 hablaba de un año de retroceso en la producción y de aumento del gasto. La cifra de negocio disminuyó, cayó la ocupación y bajaron los precios por habitación.

 

Salidas para el hotel

Los resultados de la gestión del Puerta de África por el grupo Meliá, cuya relación con la Ciudad finalizó en 2016, no auguraban nada bueno para el futuro del negocio. Con todo, desde entonces el Gobierno ha venido insistiendo en mantener a flote el hotel. Incluso a pesar de escándalos como el desatado hace cinco años cuando se acusó a los gestores de obviar su obligación de cobrar deudas o el que sacó a la luz cómo partidos políticos, asociaciones, consejerías y empresas privadas habían dejado sin satisfacer facturas de consumiciones y comidas en el restaurante del establecimiento.

El Gobierno municipal continúa buscando salidas al Puerta de África. En breve, el consejo de administración de la sociedad deberá aprobar el pliego de condiciones para la licitación del arrendamiento del establecimiento. Paralelamente, la empresa pública Procesa se ha implicado en la elaboración de un “mapa”  de servicios susceptibles de ser atendidos por Puerta de África al tiempo que ha estudiado las posibilidades de convertirlo en “medio propio”. Esta condición permitiría a la Ciudad disponer del hotel para “autoprestarse” servicios que ahora debe contratar con particulares.

Todos estos empeños no ocultan la realidad de la empresa, evidenciada en el informe elaborado por la Intervención de la Ciudad con motivo de la solicitud del préstamo de 300.000 euros. Según el documento, el hotel adeuda a las arcas municipales 475.000 euros por aportaciones recibidas desde 2018, un compromiso cuya devolución el propio informe considera “azarosa”  “atendidas las perspectivas comerciales que presenta el hotel con el cierre de la frontera con Marruecos y con la imposibilidad legal de transferirle fondos por parte de esta Administración”.