De «extraños compañeros de cama» a «comensales a la espera de las migajas»

El electorado ceutí decidió, el pasado 28 de mayo, que ningún partido gobernara a golpe de rodillo, obligando a los políticos a entenderse, mal que les pese. Pero el entendimiento, como la caridad bien entendida, empieza por uno mismo

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En los cerca de tres meses que han transcurrido desde que se cerraron las urnas a las 20 horas de un 28 de mayo, las idas y venidas del posible Gobierno de Coalición han sido el quebradero de cabeza tanto para quien ganó las elecciones como de quien no lo hizo.

El electorado ceutí decidió que ningún partido gobernase a golpe de rodillo, obligando a los políticos a entenderse, mal que les pese. Pero el entendimiento, como la caridad bien entendida, empieza por uno mismo.

El PP ganó las elecciones, sumó nueve diputados, pero sin margen para gobernar. Necesitaba obligatoriamente los apoyos puntuales o pactados de, al menos, cuatro diputados más de la Asamblea de Ceuta -en la que participan otros cuatro partidos- para poder sacar adelante un proyecto de gobierno.

De la ecuación se caía uno de los partidos, VOX. Dos de los términos de la fórmula de Gobierno, para la legislatura actual, se autoexcluían. Vivas, a VOX en su conjunto y VOX, al término principal del PP, a Vivas.

Otra de las incógnitas a despejar se encargó de resolverla Ferraz, a golpe de comunicado, cerrando la puerta a un pacto de gobierno del PSOE con el PP.

Las matemáticas son una ciencia exacta, hasta para números irracionales. Los cuatro apoyos que el PP necesita para gobernar, Vivas sólo los podría conseguir desde los partidos localistas. Una apuesta de Vivas abriendo la puerta a MDyC  y que Fatima Hamed no dejaba escapar queriendo cruzar el umbral, incluso antes de jurar su cargo.

Se cree que fue Winston Churchill quien acuñó la frase «Politics makes strange bedfellows», es decir, «La política crea extraños compañeros de cama», aunque más bien crea comensales, a la espera de las migajas. Como parte del acuerdo y en el reparto de las competencias, Fatima Hamed habría pedido Servicios Sociales, pero ese área no entra en el reparto al que está dispuesto Juan Vivas.

Además, y tal y como hizo Vox hace cuatro años, MDyC quiere para sí la Vicepresidencia Primera de la Mesa, que aporta unos suculentos emolumentos, pero este cargo no es compatible con alguna que otra ocupación laboral de los diputados de la Asamblea y no todos están dispuestos a pedir una excedencia para cobrar la importante remuneración por ocupar un puesto efímero al albur del ritmo de la legislatura. Existen precedentes. Y, parafraseando al gran Jesús Hermida, «se dice, se comenta, se rumorea» que uno de los diputados del Movimiento, a quien sólo se le ha escuchado en el juramento de su cargo, podría estar barajando bajarse del barco que patronea Hamed.

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