A las nueve en punto de la mañana, la maquinaria electoral ha comenzado a funcionar. Los colegios abrían a esas horas sus dependencias para recibir a los votantes más madrugadores. Por delante, once horas de trabajo para los miembros de las 96 mesas electorales constituidas en los 32 centros electorales de Ceuta.
Las 400.000 papeletas que se pondrán a disposición de los votantes durante la jornada de hoy se dividen entre las candidaturas presentadas a las cámaras nacionales por PP, PSOE, Ciudadanos, Unidas Podemos, Vox, Por Un Mundo Más Justo (PUM+J) y Grupo Verde-Recortes Cero. Las formaciones que concurren a los comicios suman 7 candidatos al Congreso para un solo escaño y 12 para dos asientos en el Senado.
59.934 personas, 30.288 hombres y 29.646 mujeres, conforman en Ceuta el censo electoral, 1.653 menos que en los comicios de 2016.
Los españoles afrontan las que ya se han reputado como las elecciones generales de resultado más incierto entre cuantas se han celebrado desde el año 1977. Esta indeterminación ha vuelto a recuperar para la campaña electoral viejos reclamos como el de “voto útil” y a conceder a la abstención un papel protagonista en los debates.
Los ceutíes no se abstuvieron tanto como en las últimas elecciones de 2016, que registraron el índice de participación más bajo de la historia de las generales en Ceuta: un 50’6%. Lejos quedaba el entusiasmo con el que los caballas acudieron a las urnas en 1977, año de las primeras elecciones democráticas. Entonces, el índice de participación se situó en el 77,6%.
