Los 28 del Partido Popular han celebrado esta tarde su puesta de largo en un acto que, con el candidato Juan Vivas como maestro de ceremonias, ha abarrotado los salones de un céntrico hotel de la localidad. “Tengo un ferviente deseo, quiero seguir siendo alcalde-presidente de Ceuta”, ha proclamado Vivas ante las respuesta entusiasta de afiliados, simpatizantes y correligionarios.
El auditorio tardaría todavía algunos minutos en oír esta declaración de intenciones de boca de su líder. Previamente, Vivas había irrumpido en el salón entre los atronadores sones del himno del partido con una cadencia de paso que pareció prolongar la distancia de apenas una decena de metros que separaba la puerta del escenario. Tras invertir un par de minutos largos en estrechar las manos de quienes formaron un pasillo para recibir al candidato, la secretaria general de partido, Yolanda Bel tomó la palabra.
Bel, hoy fuera de las listas, fue la encargada de enardecer al público asistente con una arenga en la que no faltaron las advertencias acerca de las intenciones de los adversarios, la celebración de la figura del líder y los agradecimientos postreros. La secretaria general, que definió al PP como “el partido de todos”, alertó al electorado de las verdaderas pretensiones que emboscan las candidaturas que se presentan “como lobos con piel de cordero”. “Ceuta es pequeña y nos conocemos todos”, sentenció ante los gestos de aquiescencia y comprensión de la audiencia.
Sin renunciar al uso de figuras retóricas de inspiración náutica (“Vivas nos ha salvado del naufragio”), Bel glosó las excelencias del actual presidente de la Ciudad, al que recordó encerrado durante horas en su despacho mientras sacrificaba en el altar de la responsabilidad aquello a lo que más afecto se sentía: “El contacto directo con la gente”.
“Eres una garantía para Ceuta”, sentenció entre el frenesí cómplice de un auditorio puesto en pie.
Los entusiasmos fueron aquietándose para dar paso al festejo que la organización regaló a los asistentes con la presentación, uno a uno, de todos los miembros de la candidatura. Numerados en orden inverso a su posición en la lista, los candidatos fueron ocupando el escenario entre vítores, aplausos y saludos informales. La identificación de los presentes con una misma causa llevó a los candidatos a extremar sus gestos de afecto, tal y como ocurrió con el número 3 de la lista, Emilio Carreira, quien, antes de sumarse a sus compañeros, se fundió en un estrecho abrazo con la secretaria general del PP.
“Seguridad, tranquilidad, estabilidad”
La presencia de Juan Vivas en el escenario, ya en solitario, estimuló nuevamente los ánimos de la concurrencia que a cada intervención respondía con visajes de aprobación, asentimientos reforzados por el movimiento vertical de las cabezas o risas francas que festejaban las ocurrencias del candidato.
“Tengo la misma ilusión del primer día”, confesó Vivas antes de agradecer el apoyo de los miembros de su equipo, a quienes definió como “personas sencillas, cercanas”.
En este punto, el candidato negó que su expresado deseo de resultar reelegido obedeciese a la necesidad de satisfacer un interés personal. “Si lo deseo es porque creo que Ceuta necesita un gobierno solvente, sólido y respaldado”, explicó.
Como hiciera minutos antes Yolanda Bel, Vivas alertó de las intenciones de quienes procurarían, de llegar al gobierno, un cambio de dirección, una reconsideración de todo lo hecho hasta el presente, rompiendo de este modo la trilogía en la que el candidato cifró el principio del buen gobierno: “seguridad, tranquilidad, estabilidad”.
El candidato despidió su arenga con una referencia a la labor realizada por el PP en el gobierno y un mensaje de agradecimiento dirigido al ejecutivo de Mariano Rajoy por su “apoyo solidario” a la ciudad.
La música del himno del partido, nuevamente atronadora, anunció a los presentes que todo había terminado.
