Una sombra es el bien más cotizado en Loma Colmenar. El calor y la frustración de sentirse atrapados a menos de 500 metros de la frontera con Marruecos, desmoraliza a los centenares de personas que esperan, con la paciencia al límite, su turno para salir del embolsamiento de Loma Colmenar, la penúltima frontera ante de cruzar a Marruecos.
Con cientos de kilómetros a sus espaldas, cuando llegan a Ceuta aún les resta una última penitencia, la de la espera y bajo un sol de justicia, una sombra se convierte en un bien de 5 estrellas.
Las fuentes que ha instalado la Ciudad son el punto más concurrido, junto a los baños (no todos funcionaban a las seis de la tarde de este domingo) que cuentan con colas inacabables.
Loma Colmenar apenas cuentan con un par de comercios, todos situados en la parte alta del hospital, lejos de la zona de embolsamiento y no abre la 24 horas del día, como es normal. Un punto que no pasó desapercibido por Sabah Hamed y sus compañeros voluntarios de buenas acciones y largas horas de trabajo solidario.
Llevan desde el viernes por la mañana llevando agua, galletas o pan para que los que han de soportar largas horas de espera, tengan al menos algo con que cubrir las mínimas necesidades. "Hemos tirado de nuestros contactos y hemos pedido agua. Íbamos a hacer bocadillos pero nos dijeron que cualquier alimento que no estuviera envasado que no lo trajéramos" asegura Sabah Hamed desde la misma puerta de salida del embolsamiento. Decidieron optar por alimentos envasado, como galletas, zumos, atún, entre otros.
Los voluntarios se van turnando desde primera hora de mañana y hasta bien entrada la madrugada para ofrecerles esa ayuda que pueden prestar y algo de información porque la gran mayoría de los que llegan a Loma Colmenar "no se esperaban esto" asegura Sabah Hamed.
