Tarajal, año II

Las calles de la ciudad serán hoy escenario de la III Marcha por la Dignidad, una manifestación solidaria convocada en recuerdo de los sucesos que el 6 de febrero de 2014 se cobraron la vida de 15 jóvenes migrantes en aguas de la playa de El Tarajal. El procedimiento judicial abierto para esclarecer los hechos fue sobreseído el pasado octubre. 

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photo_camera Vista de la playa de El Tarajal/ ANTONIO SEMPERE

Keita, Armand, Jeannot, Blaise, Daouda… Son los nombres de pila de algunos de los 15 jóvenes que hace hoy dos años se dejaban la vida en las aguas del espigón de El Tarajal. Aquel incidente, que cuestionó los protocolos de actuación de la Guardia Civil en el control de la frontera, se diluye en el recuerdo al cobijo del sobreseimiento de la causa judicial abierta en su día.

Un grupo de oenegés organiza por tercer año consecutivo una manifestación que llevará a centenares de personas por las calles de la ciudad hasta el escenario de la mayor tragedia humana vivida en Ceuta durante el presente siglo.

En torno a las 6.00 horas del 6 de febrero de 2014, las fuerzas de seguridad marroquíes advierten la presencia en su territorio de unas 300 personas que avanzaban con la intención de dirigirse hacia la playa situada junto a la línea fronteriza de El Tarajal. Superadas por su empuje, los policías apenas pueden contener a un centenar de miembros del grupo. Muchos se arrojan al mar en un frenético intento por alcanzar el lado español. Y allí encuentran el infierno.

 La intervención de la Guardia Civil es puesta en entredicho desde un comienzo. Las oenegés y los propios migrantes protagonistas del suceso acusan a los agentes de emplear material antidisturbios contra las personas que se encontraban en el agua intentando ganar la costa. El director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, niega el uso de este armamento y anuncia medidas legales contra las entidades y las personas que han formulado tales denuncias. Los cadáveres comienzan a recuperarse a uno y otro lado de la frontera.

La posterior constatación de que los guardias civiles sí emplearon material antidisturbios y la secuencia de acontecimientos que se sucedieron concluyen con la imputación de 16 agentes acusados de delitos de homicidio y lesiones imprudentes.

Desde un primer momento, el Gobierno de España muestra su respaldo a la actuación de los agentes, que estima impecable. Las oenegés mantienen un parecer bien distinto.

“Miedo y vallas”, un informe de Amnistía Internacional que audita el trato que Europa dispensa a los refugiados, concluye que en la mañana del 6 de febrero de 2014 los guardias españoles hicieron un uso “innecesario y excesivo” de la fuerza.

La peripecia judicial, conducida por la titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Ceuta, Carmen Serván, se desarrolla entre no pocos escollos. Las cámaras de vigilancia situadas en la frontera, que podían haber dejado testimonio gráfico de lo sucedido, no funcionaron. Los informes solicitados a Marruecos sobre las autopsias practicadas a los fallecidos cuyos cuerpos se recuperaron en el país vecino jamás se remitieron.

Finalmente, y poco más de un año después de abiertas las diligencias, la juez resolvía en octubre pasado sobreseer el procedimiento. Los argumentos de Serván irritaron a las oenegés parte en el proceso.

Entre otras consideraciones, la juez señalaba en su auto la concurrencia de una “debilidad indiciaria” que no permitía continuar con la investigación. A juicio de Serván, esta escasez de indicios no permitía concluir que los agentes hicieran un uso indebido del material antidisturbios. El pasaje más controvertido del auto era, sin embargo, aquél en el que la juez calificaba la conducta de los migrantes fallecidos: “Asumieron el riesgo de entrar ilegalmente en territorio español por el mar a nado, en avalancha, aprovechando la noche, vistiendo gran cantidad de ropa y haciendo caso omiso a las actuaciones disuasorias tanto de las fuerzas marroquíes como de la Guardia Civil". La resolución fue recurrida.

Mientras se aguarda a conocer el desenlace final del trámite en los tribunales, las oenegés ceutíes Digmun, Elín y Pedagogía Ciudadana, apoyadas por partidos y organizaciones sindicales de la localidad, han puesto en marcha una tercera edición de la manifestación que pretende honrar la memoria de los fallecidos en la playa de El Tarajal. La convocatoria ofrece este año una dimensión internacional con la organización de actos en ciudades como Barcelona, Valencia, Estrasburgo, Tánger o Casablanca.

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