Dos migrantes deciden alcanzar la Península a nado desde Marruecos. Para ello, se lanzan al mar con aletas, traje de neopreno y una plancha pequeña hinchable.
Uno de los migrantes va grabando toda la travesía. Unas imágenes angustiosas porque el mar está algo agitado y el único objeto que les permite flotar es una dimunita colchoneta.
Casi al final del vídeo se puede apreciar a uno de los migrantes y justo detrás de él cómo se asoma una aleta de tiburón gris. Ellos siguen comentando cómo a pesar de que les vieron a la deriva nadie les rescató.
El vídeo está circulando por las redes sociales y muestra una vez más el lado más dramático y duro de la inmigración.