EL SUPERINTENDENTE DE LA POLICÍA LOCAL GARANTIZA LA SEGURIDAD EN LOS ITINERARIOS

La plantilla de Hadú Almadraba desconvoca sus protestas y restituye el servicio en las líneas 4 y 8

La Policía Local ha ofrecido presencia permanente en los lugares de la ciudad más conflictivos, instalación de “botones de pánico” que permitan a los conductores dar la alarma en el caso de ser víctimas de algún acto violento y habilitación de patrullas de acompañamiento para los autobuses.

Parada de autobús en el Puente Quemadero (J. CHELLARAM)
photo_camera Parada de autobús en el Puente Quemadero (J. CHELLARAM)

Ha bastado el compromiso asumido por el superintendente de la Policía Local, Sebastián Vega, con la dirección de Hadú Almadraba, empresa que presta el servicio de transporte urbano en la ciudad, para que los trabajadores abandonen las medidas de presión que habían comenzado a adoptar hoy con el propósito de exigir mayor seguridad para los conductores y usuarios. Las líneas 4 y 8, que conectan el centro de la ciudad con Loma Colmenar y El Príncipe, recuperaban a las cuatro de la tarde la normalidad después de que el servicio hubiera permanecido suspendido desde primera hora de la mañana.

Vega ha satisfecho el principal requerimiento que había planteado a la Ciudad el comité de empresa de Hadú Almadraba: garantías de que existirá una vigilancia y una protección policiales frente a los ataques que los autobuses han sufrido en los últimos meses en el entorno del Hospital Universitario y El Príncipe.

La Policía Local ha ofrecido presencia permanente en los lugares de la ciudad más conflictivos, instalación de “botones de pánico” que permitan a los conductores dar la alarma en el caso de ser víctimas de algún acto violento y habilitación de patrullas de acompañamiento para los autobuses. Esta última medida se plasmará en la escolta que hasta el cruce de Erquicia ofrecerá una patrulla de la Policía Local al autobús a su paso a las 14.30 horas por Hadú. Posteriormente, otro vehículo policial continuará con la tarea de acompañamiento por el interior de El Príncipe.

“Esto era lo que queríamos desde un principio, por lo que ya no hay motivos para continuar con la protesta”, ha explicado el presidente del comité de empresa, José Antonio Blanco.

Los vecinos de las barriadas afectadas por la suspensión habían anunciado movilizaciones si las líneas 4 y 8 no volvían a prestar servicio.

 

Antecedentes

El origen del conflicto planteado por los trabajadores hay que buscarlo en los dos atracos cometidos contra otros tantos autobuses el pasado domingo en el plazo de apenas cinco horas.

El primero de ellos se registró pasadas las dos y media de la tarde cuando dos jóvenes abordaron el autobús de la línea Hadú Almadraba en la parada de Loma Colmenar, situada detrás del colegio Reina Sofía. Uno de ellos, que se encontraba en dicha parada, subió al autobús y cuando iba a pagar el billete sacó un bote de spray del bolsillo y esparció su contenido por el interior del vehículo. El gas produjo en el conductor y la única pasajera del vehículo irritación en los ojos, lágrimas, ceguera parcial, así como acaloramiento en la cara y dificultad para respirar.

Aprovechando la confusión, se subió al autobús otro joven que portaba un arma larga, que resultó ser una réplica, y encañonó a los dos ocupantes del autobús a la vez que le pedía al conductor que le entregara todo. La Policía Nacional detenía horas después a dos individuos implicados en el atraco.

El segundo incidente se produjo a las nueve y media de la noche en la parada de la Rotonda del Quemadero. En este caso, el autobús fue abordado por cuatro jóvenes encapuchados, uno de los cuales permaneció en el exterior sujetando la puerta. Los asaltantes portaban un arma corta tipo pistola, un hacha de cocina y un destornillador de grandes dimensiones. Los individuos golpearon con sus armas distintas partes del autobús para intimidar al conductor, al que le pidieron que les entregase la recaudación.