“Que se atrevan a tocar un puesto de trabajo si quieren guerra”. Ésta es la bélica advertencia que el comité de empresa de Trace, empresa concesionaria de la limpieza pública, ha lanzado al Gobierno después de que su portavoz, Jacob Hachuel, asegurara hoy que el futuro de la plantilla dependerá de la evolución del proceso que habrá de concluir con la elección de un nuevo prestatario del servicio. Hachuel ha explicado que, si tras las negociaciones que se siguen con Trace para la rescisión del contrato, el servicio cambia de manos, serán los servicios jurídicos municipales los que orienten sobre el futuro del servicio y la situación de la plantilla.
El comité considera que los trabajadores son víctimas de una mala planificación del Gobierno, responsable de la redacción de un pliego de condiciones “erróneo” que no tuvo en cuenta las condiciones laborales de la plantilla ni el convenio colectivo. “Hemos hecho un sobresfuerzo para poder llevar la limpieza adelante, y nadie lo valora”, lamentan los representantes sindicales en su nota.
En un tono de firmeza, el comité reclama al presidente de la Ciudad, Juan Vivas, que convoque a los representantes de los trabajadores a una reunión “antes de dar ningún paso en falso”.
“No vamos a consentir ningún tipo de chantaje y nadie nos va a intimidar”, sentencia el comité, que ha calificado de “vergonzosas” las palabras del portavoz del Gobierno.
