El proyecto para la remodelación de la Gran Vía y aledaños ya está sacando a relucir su peor cara. Aunque muchos criticaban estas obras antes de que comenzaran, sobre todo por el coste económico que van a suponer para las arcas públicas, el Gobierno decidió meter la primera máquina en el mes de diciembre con un plazo de ejecución superior al año.
Siete meses después los comercios de la Gran Vía no soportan más la situación que están viviendo y que se traduce en pérdidas de entre el 50 y el 70%. Las alarmas no paran de sonar y algunos empresarios ya explican que están tirando de sus reservas para hacer frente a los gastos fijos que tienen sus negocios.
Las cafeterías apenas si tienen mesas en sus terrazas, ya que se han reducido los espacios donde instalarlas. Ya no existe la bulla de hace pocos meses y los clientes se deciden por otras opciones para hacer sus compras o simplemente para tomar un café.
Los afectados exigen que se retire el vallado que ha cercado toda la Gran Vía ya que viven inseguros.
Según los empresarios y comercios de la zona, la situación se agrava más si cabe por las tardes ya que el número de clientes se reduce a la mitad. Esta problemática está obligando a los establecimientos a cerrar sus puertas antes del horario establecido.
Todas estas quejas se van a poner encima de la mesa en una reunión prevista para dentro de una hora entre los afectados y el presidente de la Ciudad, Juan Vivas. Los negocios de la Gran Vía solo quieren que se les de una solución.
"Llevamos muchos meses callados y ya no podemos aguantar más, peligra el futuro de nuestras familias y eso no lo podemos soportar", ha comentado a Ceuta Actualidad la propietaria de una de las cafeterías.
