CEUTA EN ALERTA

La Ciudad desactiva el dispositivo de La Mochila y pone en marcha el de emergencias

Ceuta permanece en alerta naranja por fuertes lluvias hasta la medianoche. Por motivos de precaución y prudencia, la Ciudad ha decidido desactivar el dispositivo establecido. Alrededor de 800 campistas han sido desalojados. La carretera de García Aldave, en su tramo comprendido entre Benzú y el Monte de la Tortuga, cortada por seguridad. 

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photo_camera Este árbol caído es una de las consecuencias del fuerte temporal que ha obligado a suspender La Mochila /CEDIDA

Ceuta permanece en alerta naranja por fuertes lluvias hasta medianoche. Por motivos de precaución y prudencia, la Ciudad ha decidido desactivar el dispositivo establecido y suspender La Mochila.

A las 23.30 horas de anoche saltaba la alarma y Protección Civil se desplazaba al monte a desalojar a las cerca de 800 personas que ya se habían instalado para disfrutar de la tradición ceutí. "Así se decidió para evitar riesgos o contingencias indebidas, desde el punto de vista de la integridad física de las personas", asó lo ha explicado el presidente de la Ciudad, Juan Vivas que ha comparecido ante los Medios de Comunicación.

Vivas ha querido agradecer públicamente la colaboración de todos los servicios que han trabajado.

La Policía Local permanece en la zona para alertar a los campistas de la situación e instarles a dejar el lugar. Además, Guardia Civil ha cerrado al tráfico rodado la carretera de García Aldave, en su tramo comprendido entre Benzú y el Monte de la Tortuga. Seprona y Obimasa trabajan en la zona para evitar riesgos de caídas de árboles hacia la carretera. El presidente de la Ciudad ha asegurado que no hay una fecha prevista para levantar este corte. "Será el Seprona el que tendrá que ir informando sobre cómo marchan las labores preventivas". 

 

Origen de La Mochila

El 1 de noviembre se celebra una de las tradiciones más caballas. Una jornada que sorprenden a quienes venidos de la península comparten tierra con los ceutíes. La Mochila coincide con la festividad de Todos los Santos, un día para pasar en familia y con los amigos. Los más jóvenes disfrutan de un fin de semana de campo. Mochilas en hombro, tiendas de campaña y frutos secos de temporada como castañas, nueces y avellanas no faltan en una de las fiestas más populares de la ciudad, coincidiendo con la cosecha de la castaña, de ahí que sea típico en esta fecha la degustación de frutos secos.

El día de la mochila se remonta al siglo XIX, aunque sus orígenes no están claros. Hay teorías que relacionan esta tradición con los hombres que regresaban a Ceuta al finalizar la recogida de frutos secos en la península; otros historiadores vinculan esta fiesta con la costumbre de los antepasados de acudir a llevar flores al camposanto portando una mochila en la que llevaban alimentos para pasar allí toda la jornada, ya que podían quedarse aislados por las mareas. No faltan los que relacionan esta tradición con la jornada de la Loma de las Mochilas de la Guerra de África, siendo potenciada por exploradores que idearon esta fiesta portando bolsas cargadas de frutos secos al monte para poder alimentarse durante la jornada.

Hasta finales del siglo XVIII, los cementerios solían estar en el interior de las ciudades, en los claustros de las iglesias, por cuestión de higiene con la Ilustración, se decidió trasladarlos a las afueras de las ciudades. Así los ciudadanos solían acudir al cementerio con el transporte más utilizado en la época: El coche de San Fernando (un ratito a pie y otro andando); al final pasaban el día entre la ida y la vuelta. Previsoras las familias acostumbraban a llevar el almuerzo que incluían los frutos secos de la época del año. El cementerio de Ceuta se traslada a Santa Catalina a principios del siglo XIX y la distancia obligaba a una pequeña excursión a la que acudía toda la familia. Ya a finales del siglo fue cuando el 1 de noviembre comenzó a tomar el carácter festivo tal y como lo conocemos.  Uno de los factores que contribuyeron, en gran medida, a construir el carácter festivo de La Mochila fue el auge de agrupaciones como los Exploradores y las excursiones de los escolares al campo exterior, y de ahí surge la talega para transportar los frutos secos y la canción “Mi mochila no se la come el gallo ni la gallina, nada más que mi barriga”.