Pasada la Nochebuena y la Navidad los empresarios se han puesto manos a la obra y están recopilando datos sobre lo ocurrido estas fiestas al no poder instalar los hosteleros barras en la calle. En estos momentos el interés está en cuántas denuncias ha puesto la policía a los bares que intentaron sacar las barras a la vía pública y cuántas denuncias se han registrado por hacer botellón.
Ambas actuaciones, sacar barras a la calle y hacer botellón, estaban prohibidas por el Gobierno. El consejero de Gobernación, Jacob Hachuel, basó su argumentación en informes de la Policía Local, Bomberos y Protección Civil que lo desaconsejaron.
La mañana de Nochebuena algunos establecimientos intentaron, como todos los años, instalar sus barras fuera del local pero la policía local se encargó de desmontarlas. Finalmente, los hosteleros cedieron y ninguna barra se sacó a la calle. La única zona sin restricciones fue el Poblado Marinero donde la ciudadanía pudo campar a sus anchas. El resultado de esta libertad fue toneladas de basuras repartidas por todo el recinto.
Los empresarios están analizando todas estas actuaciones para concretar qué medidas tomar al respecto. La primera de ellas va a ser transmitir al Gobierno su malestar. "La Ciudad ha cargado contra los hosteleros y ahora queremos saber si las ordenanzas municipales se han cumplido para todos por igual", asegura el presidente del Centro Comercial Abierto, Ernesto Valero.
