La tercera semana de septiembre se presume como clave para desentrañar el misterio del nuevo contrato de la limpieza viaria y recogida de basuras. Según ha podido conocer Ceuta Actualidad, en poco más de diez días se llevarán a cabo los primeros contactos por parte del Gobierno de Ceuta con las empresas dedicadas al sector de la limpieza viaria interesadas en presentar ofertas para hacerse cargo del de Ceuta. Entre las empresas interesadas en la licitación del servicio están Urbaser y el Grupo FCC.
Al margen de la propuesta de la gestión directa por parte de la Ciudad -la municipalización-, que conllevaría unos mecanismo más complicados que contratar con una empresa externa, el Ejecutivo local no cierra la puerta a valorar cualquier fórmula para solventar las notables deficiencias de la limpieza viaria en Ceuta.
Se trata de un macro contrato muy jugoso para cualquier empresa dedicado a este sector y las aspirantes buscan posicionarse de la mejor forma en la pole.
Una de las aspirantes a hacerse con el contrato millonario desembarcará en Ceuta a partir del próximo día 18 de septiembre para reunirse con el consejero de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos, Alejandro Ramírez.
Unas conversaciones que ya se mantuvieron en el segundo trimestre de 2021, según desveló la consejera Kissy Chandiramani, en una rueda de prensa, cuando se conoció que la intención del Gobierno municipal era el de no prorrogar más allá de su finalización, prevista para febrero de 2023, en contrato con TRACE, reconoció haber recibido a otras empresas interesadas, entre las que ya citó a Urbaser y FCC.
Todo indica que TRACE desaparecería de la ecuación y que será empresa o otra fórmula de servicio (la gestión directa) la que se encargará durante los próximos años de la prestación del servicio.
La historia de encuentros y desencuentros con TRACE nacía un 4 de marzo de 2013, cuando se le adjudicaba el servicio mediante la modalidad de concesión a la UTE conformada por Africana de Contratas y Construcciones S.L.L.U. y Lirola Ingeniería y Obras. El mismo era por un periodo de diez años y por un importe de 150.569.021,07 euros, IPSI incluido.
El contrato se prorrogó aún no estando preparado el nuevo pliego para la licitación del contrato en el que la Ciudad lleva empleando sus recursos desde 2021.
A pesar de que el Pliego de Cláusulas Administrativas Particulares de la adjudicación efectuada en 2013 preveía que “el contrato podrá prorrogarse de forma expresa y por mutuo acuerdo de las partes antes de su finalización hasta un total de 10 prórrogas de un año cada una, sin que las mismas, consideradas aisladas o conjuntamente, puedan exceder del plazo fijado originariamente”, la concesionaria descartó esa vía.
Los problemas con la prestación han sido como los Ojos del Guadiana. Conatos de huelga, denuncias de suciedad, hasta que en 2018, la empresa solicitó al Gobierno de la Ciudad que resolviera el contrato y valorara los daños y perjuicios ocasionados, según la empresa, durante su vigencia, así como los que se derivaran de la rescisión. Sin embargo, el Gobierno obligó a TRACE, no sólo a asumir los plazos del contrato, también la prórroga forzosa, que sigue a la espera de que la Ciudad licite el nuevo contrato, o asuma la gestión directa.
Y que, pese a que se han buscado todo tipo de soluciones para las carencias del servicio a lo largo de los años con múltiples reuniones entre los técnicos de la Ciudad y de la propia empresa para mejorar el servicio no se ha conseguido, llegando a reconocer el problema de la limpieza viaria, con anuncio de 'plan de choque' de limpieza incluido del que no se han tenido más noticias que su anuncio. Según la ciudad, todos los problemas que se han tenido han sido de índole jurídica, fundamentalmente.
