El salto de Melilla vuelve a poner el foco de atención sobre la frontera

El último intento de entrada masiva a través de la valla registrado en Ceuta se produjo en agosto del año pasado, cuando 200 hombres trataron de acceder a la ciudad franqueando el tramo del cercado que discurre por Benzú. 153, finalmente, lo conseguían

Dos agentes conducen a uno de los migrantes que se habían encaramado a la valla (C.A.)
photo_camera Dos agentes conducen a uno de los migrantes participantes en el salto a la valla registrado en agosto de 2019 (C.A./ARCHIVO)

El intento de salto protagonizado ayer por 300 migrantes en la valla fronteriza de Melilla ha despertado una inquietud que permanecía dormida en Ceuta desde hace un año. La muerte de uno de los hombres que trataban de entrar clandestinamente en la ciudad española ha vuelto a evidenciar el carácter trágico de un fenómeno que, al menos durante los últimos doce meses, había dejado de constituir una preocupación para los ceutíes.

¿Es posible que el cercado fronterizo de Ceuta vuelva a ser escenario de un salto masivo? La crisis del coronavirus añadida a la tensión en las relaciones entre España y Marruecos a propósito de sus fronteras en las dos ciudades autónomas parecía haber congelado las tentativas de salto protagonizadas por los migrantes subsaharianos.

El último intento de entrada masiva a través de la valla registrado en Ceuta se produjo en agosto del año pasado, cuando 200 hombres trataron de acceder a la ciudad franqueando el tramo del cercado que discurre por Benzú. 153, finalmente, lo conseguían. Habría que remontarse al verano de 2018 para encontrar otros dos saltos multitudinarios: en julio y agosto de aquel año consiguieron entrar en Ceuta superando la valla 716 personas.

Algunos observadores, como la periodista Sonia Moreno, hacían notar recientemente cómo las autoridades marroquíes habían endurecido el proceso de renovación de residencia de los migrantes subsaharianos, una práctica que muchos de los afectados interpretaban como una invitación a abandonar el país.

El salto en Melilla ha vuelto a dar protagonismo a las asociaciones profesionales de la Guardia Civil, cuyos dirigentes advierten de la fragilidad de las fronteras de Ceuta y Melilla. En declaraciones a la Cadena Cope, el secretario de Comunicación de la Asociación Española de la Guardia Civil (AEGC), Juan Amado, se quejaba hoy de que el Gobierno central no parece tener la intención de reforzar las plantillas del cuerpo en las ciudades autónomas. Según explica Amado, Ceuta y Melilla precisarían de una media de entre 130 y 140 agentes para garantizar la seguridad de la frontera.