Un centenar de trabajadores de Fundación Samu exige el abono de sus nóminas con urgencia

La demora en el ingreso de la subvención que recibe la empresa por parte de la Ciudad repercute directamente en los trabajadores desde hace meses. El personal se siente "rehén" de un conflicto que urge a solucionar entre sendas partes.

SAMU

Enfado, indignación y gritos con mensajes directos al interventor de la Ciudad: “Caminero suelta ya el dinero”. Así se ha plantado frente al Ayuntamiento una parte representante de los cien trabajadores de la Fundación Samu frente afectados desde hace meses por impagos y retrasos en sus nóminas como consecuencia de un conflicto entre la empresa y la Administración. “La excusa que nos hace llegar es que la Ciudad no les inyecta la subvención comprometida y ellos no pueden abonar nuestros salarias”, ha explicado Silvia González, una de las trabajadoras afectadas.

La noticia no es nueva, el personal lleva meses remitiendo su situación a la prensa, pero manifiestan estar agotados y no poder hacer frente a situaciones que no deberían afrontar. “Llevamos todo este tiempo cobrando fuera de plazo nuestras nóminas, y a día de hoy siguen sin abonarnos la del mes de agosto. Hablamos de cien familias que dependen de este sustento económico por falta de entendimiento entre la Fundación y el Ayuntamiento, esto nos aboca a asumir gastos de comisiones bancarias, recargos que no nos pertenecen… la responsabilidad deberá recaer sobre las dos partes,  las cuales les da igual la situación personal de cada trabajador”, se ha quejado González.

Apremian a recibir el salario que les “pertenece” de forma íntegra y urgente, y avisan de continuar con las manifestaciones e, incluso, “ir a más”, de no poner fin a esta situación. “Pagan los de siempre, los de abajo, los rehenes del conflicto, quienes hemos estado haciendo frente desde mayo del año pasado a una de las mayores crisis humanitarias de nuestro país, con el mayor de los compromisos y la entrega”.

Exponen que se trata de una reivindicación justa y legal a la que se han visto abocados por un comportamiento “irresponsable” y “negligente” de sendas partes “Hoy pedimos lo que nos pertenece: no somos mercancía de usar y tirar, sino sujetos de derecho, sujetos con derechos que deben estar garantizados y no están siendo respetados”.

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