“Ellos llevan la discapacidad en la cara”

El pasado 21 de marzo conocimos a Germán, Carmen, Gonzalo y Lucía en sus respectivos “puestos de trabajo”. Cuatro jóvenes con síndrome de down que trabajaron, sólo durante un día, en distintos comercios de la ciudad para demostrar lo que hicieron evidente: ellos también pueden y, desde luego, quieren valerse por sí mismos. El objetivo de esta experiencia denominada “workday” se ha cumplido para Lucía. Este mes se ha incorporado a la empresa Carrefour. Estará con ellos durante un año completo si supera el periodo de prueba. La empresa, a cambio, además de la “publicidad gratuita”, recibirá bonificaciones a la seguridad social, algo que sucede con la contratación de cualquier discapacitado. La diferencia con el resto del colectivo, ha señalado la pedagoga y coordinadora de Down Ceuta, es que “ellos llevan la discapacidad en la cara”. Marina López Rubiños lamenta que la sociedad tiene que acostumbrarse a ver a más personas con down trabajando. “Hay gente que todavía pone interrogantes y hay gente, incluso, que considera que están ocupando un puesto de trabajo de otra persona y tienes que explicarles que tienen los mismos derechos que los demás a tener su trabajo”.

Grandes operadores y multinacionales como aliados

Aún quedan barreras por romper. Aún existen obligaciones, de cara a la responsabilidad social, y bonificaciones para las empresas que no se atreven a contar con discapacitados en su plantilla. La situación ideal sería que no hicieran falta este tipo de incentivos. Sin embargo, pese a su existencia, la incorporación de los discapacitados no es fácil, y más en Ceuta, dada la elevada tasa de paro entre los jóvenes de la ciudad y el hándicap de que la mediana y pequeña empresa oferta muy pocos puestos de trabajo con perfiles adecuados para poder ser cubiertos por personas con down. “Los grandes operadores y multinacionales que se están instalando, que cuentan con más empleados y diversidad de funciones y puestos, quizá tengan más facilidad de ofertar este puesto de trabajo”, opina el secretario de la Confederación de Empresarios, Antonio Ramírez.

Es algo en lo que coinciden desde la Asociación de Down Ceuta. La trabajadora social de la Asociación, Maximina Paniagua, ha puntualizado que “las empresas con más de 50 trabajadores tienen que reservar una cuota del 2 por ciento de la plantilla a favor de trabajadores con discapacidad”. Desde la llegada a Ceuta de empresas grandes como Decathlon o Carrefour han encontrado un aliado en sus planes y según confiesa López Rubiños ya tienen la vista puesta en Mercadona. Sin embargo, la asociación no tira la toalla en su apuesta por abrir las pequeñas y medianas empresas a los discapacitados con Down. Para ello cuentan con el apoyo de la Cámara de Comercio, que organizó la jornada laboral del pasado 21 de marzo, y de la Confederación de Empresarios que se muestra comprometida para “fomentar, en la medida en la que podemos, que las distintas empresas asociadas del sector puedan ofertar este tipo de puestos de trabajo”, ha explicado Ramírez.

Perfiles laborales y programa apoyados

El tipo de trabajo que pueden desarrollar las personas con Down está relacionado con su grado de discapacidad cognitiva. Desde la Asociación se trata de formarles para favorecer el desarrollo de aprendizajes, habilidades y destrezas que mejoren su perfil de cara al empleo. En este momento hay 3 hombres y una mujer, completamente preparados, esperando una oportunidad laboral. En situación de formación se encuentran 11 personas más con Down de los cuales 3 están alcanzando el perfil de empleabilidad. El abanico de puestos que pueden desempeñar es amplio.  Auxiliar de oficina, de comercio o tienda, mozo de almacén u operario de limpieza son algunos de ellos.

Además de los incentivos económicos para empresas, desde la Asociación de Down han puesto en marcha el programa apoyados. Consiste en que el empresario se puede despreocupar de la formación de los jóvenes en el puesto de trabajo. Trabajadores sociales y psicólogos les acompañan día a día hasta que conocen las funciones de su puesto a la perfección. “Cuando ya están adaptados son muy importantes los apoyos naturales dentro de su entorno laboral, que ellos sepan que tienen compañeros a los que pueden consultar y que estos a su vez estén pendientes por si tienen que ofrecer su ayuda”, explica López Rubiños.

Panorama actual

Además de Lucía, Jesús ha renovado recientemente con la Empresa Decathlon que tenía empleados a dos jóvenes con down desde hacía un año. El otro contratado en la empresa de deportes no ha podido volver a estampar su rúbrica y en la actualidad Lucía y Jesús son las únicas dos personas de la asociación que están trabajando. “Después del workday nos llamaron desde una empresa pidiendo información acerca de cómo funcionaba el programa apoyados, no se identificaron pero por lo menos pidieron información. Es un paso, antes nadie llamaba”, bromea López Rubiños para quitar hierro al asunto. “Lo que queremos es ir dando pasos. Pensábamos que se nos iba a alargar más en el tiempo y ya el primer año que empezamos con el programa hubo dos contratos en Decathlon, ¿Puede ir mejor?”, se pregunta la coordinadora a lo que responde: “Seguiremos”.

Para Paniagua el objetivo ahora es que las contrataciones de Lucía o Jesús puedan llegar a ser indefinidas. En el caso de Lucía, los nervios de su reciente incorporación al puesto de trabajo siguen a flor de piel. Su familia y la trabajadora social serán ahora su motor. “Estamos aún en los primeros días. Lucía se está familiarizando con la ubicación de los productos". Sus funciones son recoger las cestas y organizarlas además de devolver a su sitio los productos no comprados. Paniagua está preparando a Lucía para que pueda ser completamente autónoma en su puesto. “Ella es muy trabajadora y aunque tiene problemas de comunicación estamos trabajando su habilidad, por ejemplo, para pedir permiso para pasar a los clientes, y su iniciativa a la hora de terminar una tarea y empezar otra”.

Carmen, Germán, Gonzalo y Arón esperan seguir los pasos de Lucía. Llaman a la puerta del trabajo para demostrar su valía. Llevan su discapacidad en el rostro pero también mucha preparación a sus espaldas.