EL PEOR INCENDIO, EN 1993

El fuego ha calcinado más de 300 hectáreas de monte en 30 años

Hoy se cumple una semana de la extinción del incendio forestal de La Tortuga que acabó con 35 hectáreas de monte. Una zona tristemente conocida por haber sufrido varios fuegos en los últimos años. La Tortuga ha sido escenario de varios incendios en 2014 y 1982, que junto con el de la semana pasada han arrasado 174 hectáreas.

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photo_camera La zona de La Tortuga es zona habitual de incendios / ARCHIVO A.S.

Según fuentes del Servicio de Extinción de Incendios, el verano que acabamos de despedir no se registró ningún incidente de importancia mientras que el pasado año se registró la quema de unos 800 metros cuadrados en cuatro conatos producidos en el monte. El descenso en el número de incendios se asocia con los retenes formados por diez bomberos que vigilan el monte Hacho y García Aldave en los meses de verano desde las dos de la tarde hasta las nueve de la noche, lo que permite acudir rápidamente a cualquier tipo de conato de incendio que se pueda producir. Ha sido al inicio del otoño cuando la ciudad ha vivido el peor incendio del año, con la pérdida de 35 hectáreas en la vieja conocida del fuego, La Tortuga. Y es que esta zona ha sido pasto de las llamas en varias ocasiones.

A principios de julio de 2014, los bomberos de Ceuta, apoyados por un avión anfibio del Ministerio de Agricultura y un hidroavión, tardaron más de seis horas en controlar un grave incendio forestal declarado en la zona del Monte de la Tortuga y que también afectó al perímetro fronterizo con Marruecos, dejando a dos bomberos heridos al inhalar humo. En esta ocasión no fue necesaria la evacuación de población. El fuego se inició en la zona conocida como Huerta Serrano y posteriormente, y con la ayuda del viento, se fue propagando por la pista de la Lastra, la carretera de García Aldave, Aranguren y la zona próxima a la frontera, aunque no llegó a afectar a territorio marroquí. Las tareas fueron más complicadas por la accidentada orografía de la zona, y el viento, que no solo por la fuerza, sino también por las cambiantes rachas. Como en el fuego del lunes se llegó a activar el nivel 2 de alerta y a solicitar la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

El incendio calcinó 50 hectáreas de alto valor ecológico en el interior de la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) y LIC (Lugar de Interés Comunitario) Benzú-Calamocarro. El área quemada forma parte de la Red Natura 2000 al haber sido designada como ZEPA y LIC, por cumplir los criterios de migración de rapaces así como por acoger una importante población de especies norteafricanas, como la escasa perdiz moruna, el herrerillo canario y el pinzón vulgar, y gran parte del territorio de una de las tres parejas de busardo moro afincadas en Ceuta. Las especies arbóreas afectadas han sido formaciones mixtas de alcornocales con acebuches, majuelos y espinos, masas mixtas de pinos y eucaliptos, vegetación de ribera (saucedas, espinales, zarzal y helechar) y matorrales autóctonos (jaral, brezal y ergenal).

 

Como 115 campos de fútbol

El mayor incendio sufrido en la ciudad fue el registrado el último día de feria de 1993, cuando ardieron 115 hectáreas en la zona de Calamocarro y que llegaron a afectar a la barriada Postigo. Otro fuego más, las causas del mismo se desconocen.

texto-antiguo-PATTyEl 24 de julio de 1982 la ciudad vivió otro gran incendio con la quema de 89 hectáreas. La plantilla completa del servicio de bomberos, casi cuatro mil soldados de la Legión y Regulares, así como miembros de la Guardia Civil e ICONA, participaron en las tareas de extinción de un espectacular incendio declarado, de nuevo, en el Monte de la Tortuga.

Este incendio se cobró la vida del soldado Enrique Guetó y otro herido de gravedad al volcar el camión-cuba en el que viajaban. El siniestro puso en peligro a varios polvorines militares de la zona y aunque nunca se llegaron a aclarar las causas del fuego se cree que pudo ser intencionado. En aquella ocasión, los bomberos tuvieron la colaboración de soldados porque la UME aún no existía.

 

El fuego, el peor enemigo de la naturaleza

En las últimas dos décadas, los incendios forestales se han configurado como la principal causa de pérdida de superficie arbolada en los espacios naturales de la ciudad. Conscientes de ello, desde el inicio de las actividades del CERFEA (año 1996), se ha venido prestando especial atención a esta problemática, centrado buena parte de las actuaciones selvícolas ejecutadas en la prevención y lucha indirecta contra los incendios forestales. Se atiende así a la máxima de que "los incendios se apagan en invierno", esto es, que las tareas de prevención realizadas fuera de época de riesgo elevado de incendios propiciarán que en el período de máxima peligrosidad la incidencia de este tipo de episodios sea menor o, en el caso de iniciarse un incendio, éste será de extinción más rápida y, por tanto, los daños causados serán menores.

Así las actuaciones que se deben llevar a cabo durante el año son cortas de recuperación, eliminación de arbolado derribado por el viento, mantenimiento de fajas cortafuegos, podas de refaldeo y basales, así como escamondas y desbroces en fajas a ambos lados de carreteras y pistas forestales. Aunque desde diferentes ámbitos aseguran que el mantenimiento de los montes es del todo deficitario y para muestra, el incendio del pasado lunes.

 

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